El sistema de salud enfrenta una severa crisis por la disminución de camas de terapia intensiva. Según datos oficiales, actualmente el país dispone de 609 camas UTI, cuando durante la pandemia de COVID-19 contaba con 741. Esta reducción de 132 unidades, aproximadamente un 18% menos, ha impactado directamente en la capacidad de respuesta del sistema sanitario ante casos críticos. La situación se agravó en las últimas semanas con el fallecimiento de seis menores de edad debido a la falta de camas terapizadas, desencadenando protestas que exigen la destitución de la ministra de Salud, María Teresa Barán, quien mantiene el respaldo del presidente Santiago Peña.
El crecimiento en infraestructura sanitaria logrado durante la pandemia representó un avance histórico para Paraguay. Entre 2020 y 2022, el país duplicó su capacidad en unidades de terapia intensiva, pasando de 380 a 741 camas. Sin embargo, este progreso no logró sostenerse en el tiempo. El doctor Arturo Cáceres, actual director de Terapias del Ministerio de Salud Pública, detalló la distribución actual: 361 camas para adultos, 106 pediátricas y 142 neonatales. Esta reducción evidencia dificultades estructurales en el mantenimiento y la gestión de recursos hospitalarios críticos.
Las causas de esta disminución, según explicó Cáceres, están relacionadas principalmente con equipos donados durante la emergencia sanitaria que quedaron inoperativos. «Esas donaciones vienen sin soporte de mantenimiento ni nada y, entonces, se desgastan esos equipos y van quedando en desuso», señaló el funcionario. Adicionalmente, muchas unidades fueron habilitadas en módulos temporales como medida de contingencia ante la pandemia, sin contemplar una estrategia sostenible a largo plazo para su funcionamiento.
El déficit de personal especializado constituye otro obstáculo crítico para la ampliación de servicios intensivos. El director de Terapias enfatizó que históricamente la falta de médicos intensivistas ha limitado la capacidad operativa del sistema. «No es máquina nomás, no es un respirador nomás, no es una cama electrónica nomás. Sino que necesitas también el técnico especializado que maneje todo y, eso es lo que no estábamos teniendo más», explicó. La alta exigencia y el desgaste profesional han provocado que muchos especialistas abandonen esta rama médica, agravando la escasez de personal cualificado.
Leé más: ¿Ministra Barán mintió sobre UTI Neonatal de Villarrica?
Como respuesta a esta problemática, el Ministerio de Salud ha implementado la Ley 7259/2023, que busca estimular la formación y retención de especialistas en medicina crítica. Según Cáceres, esta normativa aborda tres aspectos fundamentales para hacer más atractiva la especialidad, lo que ha permitido que «este año, históricamente tengamos la mayor cantidad de egresados en terapia intensiva adultos y niños». Asimismo, afirmó que profesionales que habían abandonado el área están regresando debido a los nuevos incentivos establecidos por la ley.
Unite a nuestro canal de WhatsApp
El caso del Hospital Regional de Villarrica ejemplifica la gravedad de la situación. A pesar de la inauguración de nuevas instalaciones por parte del presidente Peña y la ministra Barán, la unidad de terapia intensiva neonatal permanece inoperativa. Esto provocó que pacientes como el pequeño Osman Eliel debieran ser trasladados a gran distancia, esperando hasta 12 horas por una cama disponible. Aunque el convenio con el sector privado para la derivación de pacientes continúa vigente como plan de contingencia, su utilización es limitada y no ha logrado resolver la crisis actual que enfrenta el sistema sanitario paraguayo.
Fuente: ABC Color