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Tacumbú reabre sus puertas: ¿Victoria para el clan Rotela?

El Ministerio de Justicia reabre el penal de Tacumbú para nuevos internos tras reciente motín liderado por el clan Rotela.

Penal de Tacumbú. Foto: 1000 Noticias.

Los ciudadanos se despertaron este sábado con la noticia de que el penal de Tacumbú, considerado el recinto carcelario más imponente del país, volvió a abrir sus puertas para recibir nuevos internos, decisión anunciada por el Ministerio de Justicia.

Una movida que levanta cejas y que no puede desvincularse del reciente motín liderado por el clan Rotela, el pasado 10 de octubre.

La pregunta que revolotea en el ambiente es clara: ¿Es esta reapertura una respuesta a las demandas del mencionado clan criminal? Recordemos que entre las principales exigencias del grupo delictivo para cesar el motín estaba la admisión de nuevos internos en Tacumbú, especialmente aquellos allegados al clan.

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La situación del hacinamiento en las cárceles del país no es un secreto para nadie. Las autoridades justifican esta reapertura alegando precisamente esta crisis.

Según el comunicado difundido por el Ministerio de Justicia, la “reapertura de Tacumbú y el cierre de Emboscada ‘antigua’” se hace siguiendo un “cronograma de redistribución” que ya estaba estipulado desde agosto.


Sin embargo, la coincidencia de tiempos con las demandas del clan Rotela despierta suspicacias. Sobre todo si tomamos en cuenta que, después del motín, no todos los guardias penitenciarios habían vuelto a sus puestos en Tacumbú. La razón es simple: muchos de ellos sienten que no hay garantías suficientes para su seguridad.

Aquel 10 de octubre, 23 guardias quedaron en manos de los reclusos, siendo despojados de sus pertenencias, uniformes e incluso armas. El control del penal pasó a manos de los reos, y un oscuro manto de humo y caos se apoderó del lugar después de que estos decidieran incendiar partes de las instalaciones y cortar la electricidad.

El líder del clan Rotela, Armando Javier, estableció comunicación con las autoridades exigiendo, entre otras cosas, que la Policía se retirara de las inmediaciones y que los helicópteros cesaran su sobrevuelo. Demandas que, curiosamente, se cumplieron.

A casi tres semanas de este tumultuoso episodio, el Estado no logró restablecer por completo el orden en el penal.

Fuente: Última Hora.