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Justo Zacarías Irún: Controversia en Itaipú

Justo Zacarías Irún, el director anunciado de Itaipú, enfrenta denuncias por corrupción durante su gestión como gobernador. ¿Impunidad o transparencia? La sociedad exige respuestas.

El ex gobernador y ex diputado de Alto Paraná Justo Zacarías Irún. Foto: Gentileza.

El reciente anuncio de la designación de Justo Zacarías Irún como director general de la Itaipú ha generado un fuerte revuelo en la opinión pública debido a las numerosas denuncias de corrupción que arrastra desde su gestión como gobernador de Alto Paraná entre 2013 y 2017, según nota de ABC Color.

Este controvertido nombramiento, realizado por el presidente proclamado Santiago Peña (ANR), ha generado preocupación en diversos sectores de la sociedad.

Una de las causas más emblemáticas en su contra es la conocida como “gallineros de oro”, donde se le acusa de haber firmado un contrato millonario con una empresa para la construcción de 52 gallineros a un costo exorbitante, muy por encima de su valor real.

A pesar de las denuncias de los ediles departamentales, este caso parece avanzar con lentitud en la justicia, lo que ha generado escepticismo en la población respecto a la verdadera voluntad de esclarecer estos hechos.

Otro caso que se suma a su historial de acusaciones es el relacionado con la empresa Constructora Lainuz SA, a la cual se le adjudicó una licitación para obras de empedrado que, según denuncias, fueron de mala calidad.

Empero de las pruebas presentadas por el entonces concejal Miguel Martínez, la investigación tampoco ha avanzado significativamente.

Asimismo, Justo Zacarías enfrenta denuncias por supuestos desfalcos millonarios a través de obras “fantasma” en escuelas de varios municipios de Alto Paraná, así como por un presunto daño patrimonial a la Gobernación tras la obra de asfalto en una importante avenida que luego mostró graves deficiencias en su construcción.

Incluso la merienda escolar no estuvo exenta de controversia durante su gestión, ya que se reportaron irregularidades en la provisión de galletitas y chipitas “rompedientes”, que resultaron incomibles debido a su rigidez.

Esta situación llevó a que la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas determinara que los alimentos eran fabricados por una empresa con permiso vencido del INAM.

Las denuncias más graves involucran a Justo Zacarías y su esposa Rocío Abed en supuestos hechos de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y asociación criminal, lo que generó gran inquietud en la sociedad paraguaya. Las investigaciones, sin embargo, han permanecido estancadas y sin conclusiones definitivas.

Es innegable que el pasado de Justo Zacarías Irún está plagado de sombras y cuestionamientos, y su designación como director de Itaipú genera una justificada desconfianza en la ciudadanía. La falta de resolución en las diversas causas en su contra solo alimenta la percepción de impunidad en casos de corrupción en el país.

 

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