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Detienen a cantante paraguayo involucrado en esquema de trata

Un cantante paraguayo fue detenido por la Policía Nacional en Asunción, en el marco de un operativo contra la trata de mujeres paraguayas para su explotación sexual en España.

El cantante OG Selu. Foto: Captura.

“Paraguayita linda”, así se titulaba la nueva canción del cantante conocido como Arturo OG Selu. Un compositor emergente de la música urbana que fue detenido por la Policía Nacional por su presunta implicación en una organización criminal dedicada a la trata de mujeres para su explotación sexual, según el informe del medio español Vozpópuli.

En total hay 12 detenidos por este caso, tres de esas aprehensiones se realizaron en el país, mientras que las nueve restantes en España, de acuerdo a lo informado por el comisario Carlos Duré en contacto con ABC TV.

Según el informe, el cantante era el hijo de una de las mujeres que detuvieron en Paraguay. Este compositor tenía un spa, donde los agentes descubrieron que se captaban a posibles víctimas.

Según los datos referidos por el comisario Duré, el cantante era el que realizaba la captación de las víctimas a través de su ámbito laboral en el marco de la música.

El jefe de Interpol explicó que llevan trabajando en estos dos operativos con mucho hermetismo desde hace tres meses, cuando la Policía española les informó al respecto.

Los operativos denominados Guaraní y Asunción se realizaron el pasado martes y lograron dar con los presuntos líderes de la estructura transnacional de trata de personas que eran captadas desde nuestro país hacia España.

Las paraguayas eran llevadas para ser prostituidas en pisos de citas de La Coruña y Córdoba en condiciones próximas a la esclavitud. La mayoría de las víctimas, mujeres jóvenes en situación de vulnerabilidad y necesidad económica.

Los gastos del viaje generaban a las víctimas deudas con las organizaciones que debían saldar ejerciendo la prostitución bajo unas condiciones que se acercaban a la esclavitud. Controladas a través de cámaras de videovigilancia instaladas en los pisos, debían estar disponibles 24 horas al día los siete días de la semana, no podían elegir ni rechazar a ningún cliente ni tipo de servicio, no tenían libertad para decidir en qué momento salir a la calle, y de los beneficios obtenidos por su trabajo solo recibían un porcentaje.

Otro elemento común de los grupos desarticulados era utilizar diferentes webs de contactos sexuales para publicitar los servicios de las víctimas, en cuyos anuncios aparecían teléfonos que solo eran atendidos por miembros de las organizaciones. Las redes no se lucraban únicamente del ejercicio de la prostitución, sino que también se dedicaban a la venta de sustancias estupefacientes y medicamentos para la disfunción eréctil a los clientes que lo demandaban. Los beneficios que obtenían por estas actividades eran invertidos en la adquisición de bienes en ambos países, de acuerdo al reporte del Vozpópuli.

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