Efectos psicológicos del uso excesivo de redes sociales

El uso cotidiano de redes sociales puede parecer inofensivo, pero un reciente análisis advierte sobre efectos preocupantes para la salud mental. La historiadora de Harvard Rebecca Lemov compara la influencia de estas plataformas con las técnicas de lavado de cerebro utilizadas en prisioneros de guerra, destacando cómo manipulan emociones, fomentan aislamiento y perjudican el bienestar psicológico.

Según Lemov, los prisioneros eran sometidos a aislamiento, ruptura de vínculos sociales y privación del sueño. Curiosamente, estos elementos se replican en el consumo excesivo de redes sociales. Los usuarios, voluntariamente o no, experimentan patrones de conducta que debilitan su capacidad de discernimiento y generan adicción, afectando directamente su salud emocional.

La experta sostiene que el algoritmo de estas plataformas potencia la hiperpersuasión, logrando alterar estados de ánimo sin que el usuario lo note. Un ejemplo citado es un estudio realizado por Facebook en 2014, en el cual se demostró que era posible inducir emociones en los usuarios mediante la selección de contenidos positivos o negativos en su feed.

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Para contrarrestar estos efectos, Lemov sugiere adoptar prácticas que refuercen el contacto con la realidad. Entre ellas, destaca la importancia de prestar atención a las propias reacciones ante los contenidos digitales, establecer límites de tiempo en el uso de redes y priorizar las relaciones presenciales. Recomienda además meditación diaria como herramienta para reconectarse con el cuerpo y las emociones reales.

Otro aspecto crítico es el impacto del uso nocturno del celular sobre el sueño. Estudios indican que las redes sociales retrasan la hora de dormir y alteran el descanso. La especialista promueve una mejor higiene del sueño, dejando el celular fuera del dormitorio y evitando su uso antes de dormir.

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Finalmente, Lemov propone una estrategia sencilla pero poderosa: salir al encuentro de otras personas. Participar en clubes, actividades recreativas o simplemente iniciar conversaciones cotidianas fuera del entorno digital puede ser clave para romper con el ciclo de aislamiento.

Este enfoque no busca eliminar la tecnología, sino promover un uso consciente y equilibrado. Al reconocer cómo las redes sociales nos afectan, cada persona puede tomar decisiones más saludables que fortalezcan su bienestar emocional y sus vínculos humanos.

Fuente CNN