La Asociación de Muebleros de Caaguazú manifestó su profundo rechazo a la reciente adquisición de 328.687 pupitres chinos por parte del gobierno de Santiago Peña, mediante Itaipú Binacional, a un costo de USD 96 cada uno, totalizando aproximadamente USD 32 millones.
La compra fue realizada a la empresa Kamamya S.A., propiedad de Long Jiang, quien según señalan los afectados, mantendría vínculos con el vicepresidente Pedro Alliana y con Justo Zacarías Irún, actual director general de Itaipú. Los carpinteros locales consideran que esta decisión afecta directamente a miles de familias paraguayas que dependen de la industria maderera.
Peña atribuye críticas a los pupitres chinos a envidia y revanchismo
La indignación aumentó cuando el presidente Santiago Peña declaró que los pupitres fabricados en Paraguay provienen de “madera que era probablemente de una tala ilegal o madera que se terminaba destruyendo a los seis meses”, desacreditando la calidad de la producción nacional. Estas afirmaciones fueron categóricamente rechazadas por los muebleros, quienes aseguran que tales comentarios no solo desconocen la capacidad productiva local, sino que además desprestigian el trabajo de miles de familias paraguayas dedicadas a esta labor artesanal e industrial.
Santiago Bordón, presidente de la Asociación de Muebleros de Caaguazú, defendió la calidad y capacidad productiva de los talleres locales, recordando que Caaguazú es reconocida como la “Capital de la Madera” en Paraguay. Según sus declaraciones, existen en la zona talleres equipados y mano de obra altamente calificada que, desde hace años, abastecen a escuelas con mobiliario escolar resistente y duradero. Aproximadamente 5.000 familias dependen directamente de la fabricación de muebles y otros productos derivados de la madera en esta región.
Los fabricantes locales destacan que el precio de los pupitres importados resulta significativamente elevado en comparación con la producción nacional. Según los muebleros, un pupitre fabricado en Paraguay podría costar hasta cuatro veces menos que los adquiridos de China, manteniendo altos estándares de calidad. Javier Monges, carpintero y vendedor, explica que los muebles fabricados localmente utilizan maderas nobles como cedro y lapacho, además de terciadas gruesas para garantizar un acabado fino y mayor durabilidad. Monges asegura que existen escuelas que mantienen en uso sillas y mesas de fabricación nacional con más de 15 años de antigüedad.
José Ríos, intendente de Caaguazú, ofreció datos concretos sobre el impacto económico del sector en la región. Según el jefe comunal, existen aproximadamente 1.500 carpinterías en el distrito, cada una sosteniendo a un mínimo de tres familias, lo que representa más de 5.000 familias dependientes directamente del rubro maderero. A esto se suman herreros, ferreteros, fleteros, taxistas y vendedores que también se benefician indirectamente de esta cadena productiva, conformando un importante motor económico para la zona.
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Los afectados lamentan que la decisión gubernamental de importar pupitres haya eliminado una oportunidad significativa para impulsar la economía local y generar empleo. Ríos enfatizó que más allá de garantizar alimentación escolar, es fundamental proporcionar oportunidades laborales a los padres de familia para asegurar la estabilidad económica de los hogares paraguayos.
Los muebleros consideran que esta situación contradice el discurso oficial de apoyar la producción nacional y solicitan al gobierno reconsiderar su política de compras públicas, priorizando la industria paraguaya sobre las importaciones.
Fuente: ABC Color