Un insólito “monumento al pollo” fue instalado esta mañana frente a la sede del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS) como parte de una protesta que denuncia la grave crisis sanitaria que atraviesa el país. La manifestación, convocada en el marco del Día Mundial de la Salud, buscó visibilizar cómo los paraguayos se ven obligados a recurrir a “polladas solidarias” para financiar tratamientos médicos ante la ausencia de un sistema de salud pública funcional.
La acción fue organizada por la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy) y la Plataforma por el Derecho a la Salud, quienes utilizaron la ironía para evidenciar que las tradicionales ventas de pollos fritos para recaudar fondos se han convertido en un pilar fundamental del acceso a la salud, por encima de las políticas públicas del gobierno de Santiago Peña.
«Más presupuesto, menos pollada»
Reclamo ciudadano frente al Ministerio de Salud.#TeleDíaNoticias #LateleDeTodos pic.twitter.com/ALFdbahvg6
— latele (@latelePy) April 7, 2025
“En nuestro país, lastimosamente, las polladas son una parte fundamental de la posibilidad de vivir y acceder a medicamentos en nuestro sistema de salud. Es una forma de protesta creativa y estamos evidenciando cuál es el sistema que sostiene nuestro sistema de salud, que es muy precario”, explicó Dante Leguizamón, secretario de la Codehupy, quien encabezó la manifestación junto a otros representantes de organizaciones sociales.
Durante la protesta, los activistas portaron pancartas con consignas como “Las polladas salvan más vidas que el propio Estado paraguayo” y “Pollada o muerte”, reflejando la desesperación de miles de familias que deben organizar eventos benéficos para cubrir gastos médicos que deberían estar garantizados por el sistema público.
Hospitales vacíos y gastos de bolsillo millonarios
Leguizamón confirmó que durante la manifestación presentaron una segunda nota formal a la ministra de Salud, María Teresa Barán, reiterando la urgente necesidad de desarrollar estrategias concretas, incrementar significativamente la inversión en el sector y abordar de manera decidida el cumplimiento del derecho a la salud. “No se llega al 3% del PIB y es uno de los más bajos de Latinoamérica; lo mínimo es que se aumente al 6%”, enfatizó el activista.
Este reclamo se produce en un contexto donde los hospitales públicos paraguayos enfrentan carencias extremas: falta de medicamentos básicos, equipos obsoletos o inexistentes, infraestructura deteriorada y personal insuficiente. Mientras tanto, los gastos de bolsillo que deben afrontar los pacientes y sus familias son cada vez más elevados, llevando a muchos a la quiebra financiera o, peor aún, a la imposibilidad de acceder a tratamientos vitales.
Victoria Peralta, representante de la Plataforma por el Derecho a la Salud, expresó con indignación el agotamiento de la ciudadanía: “Estamos hartos de las polladas. No damos más”. La activista comparó la actual administración con la época de la dictadura stronista, señalando que el gobierno de Santiago Peña se limita a inaugurar «obras de fachada» sin contenido real.
En este sentido, Peralta recordó el reciente caso de la sala de terapia intensiva neonatal inaugurada con bombos y platillos en el Hospital Regional de Villarrica. Según denunciaron, tras el acto protocolar, los equipos fueron desmontados y, como consecuencia directa, un recién nacido que requería asistencia urgente falleció por falta del servicio.
“Necesitamos que el Estado realmente se haga cargo del sistema de salud y garantice el derecho a la atención de las personas. Estos actos de fachadas son como en la época de Stroessner, donde se montaban grandes edificios, estructuras y luego se desmontaban. Estamos volviendo a eso”, manifestó con preocupación.
La representante lamentó públicamente que el Ministerio de Salud, bajo la dirección de la doctora María Teresa Barán, participe activamente en este “montaje” gubernamental, caracterizado por pomposas inauguraciones de “edificios vacíos, sin médicos ni medicamentos”, mientras miles de paraguayos deben recurrir a la solidaridad comunitaria para sobrevivir.
Los manifestantes también señalaron otros males endémicos que agravan la crisis sanitaria: la corrupción rampante en las adquisiciones públicas, el nepotismo que ubica a personas sin capacidad en puestos clave y la pésima calidad de atención derivada de estos factores. “Basta de convocar a su clientela política en lugares de decisión del Estado”, exigieron frente a la sede ministerial.
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La protesta del “monumento al pollo” logró captar la atención de transeúntes y medios de comunicación, poniendo en evidencia la dramática realidad que viven los paraguayos cuando enfrentan problemas de salud. Mientras tanto, desde el Ministerio de Salud no se emitió ninguna respuesta oficial a la manifestación, reafirmando la percepción ciudadana de indiferencia institucional ante el sufrimiento de la población.
Esta innovadora forma de protesta desnuda una verdad dolorosa: en Paraguay, la solidaridad comunitaria expresada a través de las “polladas” ha reemplazado a un Estado ausente en materia sanitaria. El desafío pendiente es transformar esta realidad para garantizar que el acceso a la salud deje de depender de la venta de pollos fritos y se convierta en un derecho efectivo para todos los paraguayos.
Fuente: ABC Color