Preocupante aumento de indigencia en Central y Asunción

El Instituto Nacional de Estadística (INE) reveló que, pese a la reducción de la pobreza total en Paraguay durante 2024, los casos de pobreza extrema aumentaron significativamente en la capital y el departamento más poblado del país, evidenciando desigualdades territoriales en la lucha contra la miseria.

La paradoja de la pobreza: mejoras nacionales, deterioro metropolitano

Los datos oficiales presentados el viernes último por el INE muestran un panorama contradictorio en la evolución de la pobreza en Paraguay. Mientras que a nivel nacional la pobreza total experimentó una disminución de 2,2% en comparación con 2023, la pobreza extrema apenas se redujo en 0,5%, revelando la persistencia de las condiciones más severas de vulnerabilidad socioeconómica en el país.

El informe destaca un dato particularmente alarmante: el Departamento Central, que concentra la mayor densidad poblacional del país, registró un incremento de 6.452 personas en situación de indigencia durante el último año. Paralelamente, Asunción, la capital paraguaya, sumó 690 nuevos casos de pobreza extrema en el mismo período, contrastando con la tendencia general de reducción observada en otras regiones.

Esta situación evidencia un agravamiento de las condiciones de vida en los principales centros urbanos del país, donde factores como el alto costo de vida, la precariedad laboral y la insuficiencia de programas sociales focalizados podrían estar contribuyendo al deterioro de los indicadores de pobreza extrema, precisamente en las zonas que concentran mayor riqueza y actividad económica.

Desigualdad territorial: cuando la geografía determina las oportunidades

El análisis regionalizado de la pobreza revela profundas disparidades en el desarrollo socioeconómico del país. Mientras que zonas como San Pedro lograron reducir significativamente su población en pobreza extrema (-11.750 personas), otros departamentos como Caaguazú experimentaron un incremento considerable (+3.383 personas), además de los ya mencionados aumentos en Central y Asunción.

Es importante destacar que la mayoría de las regiones del país (Concepción, San Pedro, Cordillera, Guairá, Caazapá, Misiones, Paraguarí, Alto Paraná, Ñeembucú, Amambay, Canindeyú y Presidente Hayes) lograron reducir sus niveles de pobreza extrema, lo que sugiere que las políticas de combate a la indigencia han tenido efectos positivos, aunque no homogéneos, en el territorio nacional.

Por otra parte, el panorama de la pobreza total muestra una tendencia más favorable, con reducciones significativas en varias regiones. El Departamento Central registró 21.034 personas menos en situación de pobreza total, mientras que Asunción logró que 10.058 individuos superaran esta condición. El caso más destacado es Alto Paraná, donde 29.586 personas salieron de la franja de pobreza total respecto al año anterior.

Sin embargo, algunos departamentos como Concepción (+5.824), Itapúa (+4.964) y Misiones (+1.215) experimentaron aumentos en sus niveles de pobreza total, lo que refleja la persistencia de desafíos estructurales en determinadas regiones del país.

La brecha urbano-rural: diferentes realidades, diferentes umbrales

Para comprender adecuadamente las estadísticas sobre pobreza en Paraguay, es fundamental considerar las diferencias en los umbrales establecidos para las áreas urbanas y rurales. Según el INE, la línea de pobreza extrema en zonas urbanas se fijó en G. 391.894 mensuales por persona, mientras que en áreas rurales es de G. 357.891, aproximadamente un 9% menor.

Esta misma disparidad se observa en la línea de pobreza total, establecida en G. 897.168 para las zonas urbanas y en G. 654.657 para las rurales, con una diferencia aún más acentuada del 27%. Estas variaciones responden a las diferencias en el costo de vida entre ambas zonas, pero también reflejan las profundas desigualdades estructurales que caracterizan al país.

El valor de la canasta básica de alimentos (línea de pobreza extrema) experimentó un aumento del 9,0% en 2024 respecto al año anterior, tanto en áreas urbanas como rurales. Por su parte, la canasta básica de consumo (línea de pobreza total) se incrementó en 5,1% en zonas urbanas y 5,8% en áreas rurales, lo que demuestra la persistencia de presiones inflacionarias sobre los bienes y servicios esenciales.

A nivel nacional, el 20,1% de la población paraguaya (aproximadamente 1.189.045 personas) se encuentra en situación de pobreza, mientras que unas 244.825 personas subsisten en condiciones de pobreza extrema. Estas cifras, aunque representan una mejora respecto a años anteriores, siguen evidenciando que uno de cada cinco paraguayos no cuenta con los recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas.

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El incremento de la pobreza extrema en Asunción y Central plantea serios interrogantes sobre la efectividad de las políticas públicas en las zonas más urbanizadas. Este fenómeno podría estar asociado al crecimiento de asentamientos precarios, la migración interna hacia las ciudades, el aumento del costo de vida y la informalidad laboral, factores que requieren una atención prioritaria por parte de las autoridades.

Sin duda, Paraguay enfrenta el desafío de implementar estrategias diferenciadas que consideren las particularidades territoriales y socioeconómicas de cada región, priorizando las zonas que, como Central y Asunción, muestran señales de deterioro en sus indicadores de pobreza extrema, a contracorriente de la tendencia nacional.

Fuente: Última Hora