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Japón disuelve la Secta Moon por prácticas abusivas y lazos políticos

La justicia de Japón revocó el estatus legal de la Iglesia de la Unificación por manipulación psicológica, abuso económico y nexos políticos. La secta apelará. 

La entrada de la Federación Familiar por la Paz Mundial y la Unificación se ve el 7 de noviembre de 2023 en Tokio. (AP Foto/Shuji Kajiyama, Archivo)

El Tribunal de Distrito de Tokio dictaminó la disolución legal de la Iglesia de la Unificación, también conocida como la Secta Moon, una organización religiosa de origen surcoreano con una larga historia de controversias. Esta resolución, anunciada el 22 de marzo de 2025, responde a una solicitud formal del gobierno japonés y representa la tercera vez en la historia del país que se ordena la disolución forzosa de un grupo religioso. La medida elimina su estatus legal, retira beneficios fiscales y obliga a la entidad a liquidar sus activos en Japón, donde cuenta con una importante base financiera y social.

El fallo señala que la organización incurrió en “prácticas abusivas y persistentes”, perjudicando a sus miembros y sus familias mediante tácticas coercitivas para obtener grandes sumas de dinero. La iglesia anunció que apelará la decisión, alegando violaciones a la libertad religiosa.

El escándalo detrás del magnicidio de Shinzo Abe

El detonante del proceso legal contra la Secta Moon fue el asesinato del ex primer ministro japonés Shinzo Abe, ocurrido en julio de 2022. El atacante, Tetsuya Yamagami, declaró que actuó motivado por el vínculo de Abe con la Iglesia de la Unificación, a la cual culpaba de la ruina financiera de su familia. Su madre, miembro activa del grupo, había entregado grandes cantidades de dinero, provocando la bancarrota del hogar.

Este hecho encendió el debate público y político sobre la influencia de grupos religiosos en la vida pública japonesa. Las investigaciones posteriores revelaron conexiones estrechas entre líderes del gobernante Partido Liberal Democrático y la Iglesia, lo que forzó al actual primer ministro, Fumio Kishida, a reestructurar su gabinete y cortar lazos con figuras comprometidas. La indignación popular fue determinante en la apertura de causas judiciales y la intensificación del control estatal sobre organizaciones religiosas.

Qué es la Iglesia de la Unificación y cómo llegó a Paraguay

La Iglesia de la Unificación fue fundada en Corea del Sur en 1954 por el reverendo Sun Myung Moon, quien se proclamó mesías con la misión de completar la obra inconclusa de Jesucristo. El movimiento, oficialmente conocido como Federación de Familias para la Paz Mundial y la Unificación, promueve valores ultraconservadores, la reunificación coreana y un discurso profundamente anticomunista. A lo largo de las décadas, consolidó su presencia global mediante matrimonios masivos, inversiones empresariales y alianzas con líderes políticos, incluidos expresidentes de Estados Unidos.

En Paraguay, la organización ingresó en los años 1990 bajo una estrategia de expansión continental. A través de la Asociación para la Paz en América Latina, y con respaldo económico extranjero, adquirió tierras en zonas rurales y promovió iniciativas educativas, religiosas y empresariales. Aunque su presencia es más discreta que en Japón o Corea, diversos sectores sociales han cuestionado sus métodos de captación de fieles y la estructura cerrada de sus redes.

Con aproximadamente 300.000 seguidores en Japón, la organización canalizaba importantes fondos desde ese país. Las denuncias más graves apuntan a una supuesta estrategia de “culpa heredada”, en la cual se persuadía a los japoneses a donar grandes sumas como forma de expiar los pecados históricos cometidos durante la colonización japonesa de Corea entre 1910 y 1945.

Un precedente en la regulación de cultos religiosos

El caso de la Secta Moon recuerda otros episodios oscuros en la historia japonesa, como la disolución de Aum Shinrikyo tras el atentado con gas sarín en el metro de Tokio en 1995, y el cierre del grupo budista Myokakuji, implicado en fraudes financieros. Esta reciente decisión judicial refuerza un movimiento creciente dentro de la sociedad japonesa que reclama una mayor fiscalización de organizaciones religiosas que, al amparo del discurso de fe, operan como estructuras de poder con fines económicos y políticos.

Pese a la revocación de su estatus legal en Japón, la Iglesia de la Unificación continuará operando en otros países donde mantiene registro legal y redes de influencia. La organización, que en el pasado sostuvo encuentros con figuras como Kim Il Sung, Richard Nixon o Donald Trump, cuenta con una capacidad de adaptación notable, por lo que su desarticulación definitiva dependerá de la acción coordinada entre gobiernos.

La disolución de la Secta Moon en Japón marca un hito en la relación entre Estado y religión en sociedades modernas. Al mismo tiempo, abre una reflexión necesaria sobre el rol que juegan las organizaciones religiosas en la política y economía global. Si bien la libertad de culto es un derecho fundamental, su ejercicio no puede ser excusa para prácticas coercitivas, manipulación de conciencias ni evasión de responsabilidades legales.

Fuente: Infobae