Un terremoto de magnitud 6,8 se registró este martes 25 de marzo en aguas del sur de Nueva Zelanda, sin que se reporten víctimas ni daños materiales, según informaron las autoridades. El movimiento telúrico tuvo lugar a las 10:05, hora local, y fue localizado a una profundidad de 10 kilómetros, según el reporte del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), organismo encargado de monitorear la actividad sísmica global.
El epicentro se situó a unos 160 kilómetros al suroeste de Riverton y a 184 kilómetros de Invercargill, ambas ubicadas en el extremo sur de la Isla Sur del país. A pesar de su intensidad, el sismo no activó alerta de tsunami y no se emitieron advertencias especiales para la población.
Nueva Zelanda se encuentra en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de alta actividad sísmica y volcánica que concentra el 90% de los terremotos del mundo. El país experimenta anualmente alrededor de 14.000 movimientos sísmicos, de los cuales entre 100 y 150 suelen ser lo suficientemente intensos como para sentirse en la superficie.
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La actividad sísmica en la región es consecuencia directa del choque entre las placas tectónicas del Pacífico y la Australiana. Este fenómeno convierte al país oceánico en uno de los más monitoreados del mundo en términos geológicos.
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Aunque este último evento no dejó consecuencias materiales ni humanas, revive la memoria del devastador terremoto de 2011 en Christchurch, donde 185 personas perdieron la vida y más de 30.000 edificaciones sufrieron daños.
Las autoridades neozelandesas continúan monitoreando la zona para detectar posibles réplicas, aunque el evento principal ya fue clasificado como concluido. La población fue instada a mantener la calma y seguir las recomendaciones de protección civil ante posibles nuevos eventos.
Fuente: DW
