Verificación de pupitres. Archivo ABC
La Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) suspendió con inusual celeridad el proceso licitatorio de la Municipalidad de Ciudad del Este para la adquisición de 10.000 pupitres escolares de fabricación china. La decisión fue tomada tras recibirse una denuncia que alertaba sobre precios irreales y la supuesta inexistencia del producto solicitado en el mercado local. Lo que llama poderosamente la atención es que la Comuna esteña presentó un pliego de bases y condiciones prácticamente idéntico al utilizado por Itaipú Binacional para su controvertida licitación de 330.000 unidades del mismo mobiliario, proceso que continúa sin impedimentos pese a denuncias similares.
Un análisis comparativo entre las especificaciones técnicas de ambos llamados evidencia coincidencias que difícilmente pueden considerarse casuales. La entidad binacional, dirigida en su margen paraguaya por Justo Zacarías Irún, y la municipalidad administrada por el intendente Miguel Prieto, buscaban adquirir pupitres con características técnicas casi calcadas. Sin embargo, mientras la DNCP a cargo de Agustín Encina detuvo inmediatamente el proceso municipal ante la primera denuncia, la licitación de Itaipú prosigue sin obstáculos a pesar de acusaciones sobre un aparente sobreprecio de aproximadamente 27 millones de dólares y supuesto direccionamiento hacia la empresa Kamamya SA.
Las similitudes entre ambos pliegos son notables, especialmente en la descripción detallada de los componentes del mobiliario escolar. Para la superficie de trabajo, ambas instituciones solicitaron mesas rectangulares con bordes redondeados fabricadas en material plástico PP (polipropileno) y tablero ecológico de densidad grado E1. Las dimensiones requeridas también coinciden: 605 mm (±5 mm) x 465 mm (±5 mm) x 23 mm (±5 mm), al igual que las medidas específicas para la bandeja portalápiz: 260 mm de largo (±2 mm), 16 mm de ancho (±2 mm) y 4 mm de profundidad (±2 mm).
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La similitud se mantiene en otros componentes, como la bandeja portalibros, para la cual Itaipú especificó que debía ser de “placa de acero al carbono laminado en frío de 0,6 mm de espesor, estampada y formada de pieza única”. La municipalidad solicitó el mismo tipo de bandeja, aunque omitió especificar el espesor exacto de la placa. Estas coincidencias técnicas, sumamente específicas, son precisamente el tipo de detalles que suelen señalarse como indicios de direccionamiento en procesos licitatorios, según expertos en contrataciones públicas.
La denuncia que derivó en la suspensión del llamado municipal señala un presunto direccionamiento, curiosamente el mismo argumento que industriales paraguayos han planteado respecto a la licitación de Itaipú. En este último caso, las sospechas apuntan específicamente a la empresa Kamamya SA, propiedad del empresario Long Jiang, quien nunca antes había sido proveedor del Estado paraguayo pero que repentinamente apareció con los pupitres que cumplen exactamente las características solicitadas por la binacional. Esta situación ha generado cuestionamientos sobre la transparencia del proceso y posibles vínculos con altas esferas gubernamentales.
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El caso adquiere mayor relevancia política considerando que Jiang es propietario de las aeronaves utilizadas por el vicepresidente Pedro Alliana durante su campaña electoral, vínculo que según medios locales no fue declarado en los informes de financiamiento político. Esto ha intensificado las críticas sobre un posible trato preferencial hacia la empresa del empresario chino en la millonaria licitación de Itaipú. Mientras tanto, la disparidad de criterios aplicados por la DNCP en casos tan similares ha generado interrogantes sobre la imparcialidad del organismo regulador y los motivos detrás de esta aparente diferencia de tratamiento.
Fuente: ABC Color
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