Kaja Kallas, Takeshi Iwaya, David Lammy, Jean-Noel Barrot, Melanie Joly, Marco Rubio, Annalena Baerbock y Antonio Tajani posaron para la foto oficial de la cumbre del G7 en Charlevoix, Canadá, el 13 de marzo de 2025 (SAUL LOEB/REUTERS)
Los ministros de Relaciones Exteriores de las naciones del G7 lograron superar sus diferencias internas este viernes para emitir un comunicado conjunto en el que reafirman su respaldo a la integridad territorial de Ucrania. El documento advierte a Rusia que debe seguir los pasos de Kiev y aceptar un alto el fuego si no desea enfrentarse a posibles sanciones adicionales. Este acuerdo llega en un momento particularmente delicado, tras semanas de tensión entre los aliados tradicionales y la administración del presidente Donald Trump, cuya postura ha representado una ruptura con la política occidental en materia de comercio, seguridad y el conflicto en Ucrania. El consenso alcanzado en la reunión celebrada en La Malbaie, Quebec, representa un logro diplomático significativo, considerando que los responsables del G7 temían no poder acordar un documento global sobre cuestiones geopolíticas mundiales.
El comunicado conjunto “reafirmó su inquebrantable apoyo a Ucrania en la defensa de su integridad territorial y su derecho a existir, así como su libertad, soberanía e independencia”. En términos concretos, los países miembros del G7 —Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos, junto con la Unión Europea— instaron a Rusia a “corresponder aceptando un alto el fuego en igualdad de condiciones y aplicándolo plenamente”. El documento subraya que cualquier alto el fuego debe ser respetado y destaca “la necesidad de acuerdos de seguridad sólidos y creíbles para garantizar que Ucrania pueda disuadir y defenderse de cualquier nuevo acto de agresión”. Esta postura unificada representa un mensaje directo al Kremlin sobre la persistente cohesión occidental en su apoyo a Kiev, a pesar de las tensiones internas dentro del bloque occidental.
A pesar del acuerdo sobre puntos clave de política exterior, las políticas comerciales de la administración Trump constituyeron un importante punto de fricción durante la cumbre. Todos los miembros del G7 se ven afectados por los aranceles impuestos por Estados Unidos, pero quizás ninguno más que Canadá, único país que comparte frontera terrestre con EE.UU. El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en su primer viaje oficial a Canadá y su primera participación en un evento del G7, escuchó múltiples preocupaciones de sus homólogos. Varios ministros, notablemente los japoneses, apelaron a Rubio para que utilizara su posible influencia con Trump para proteger a sus respectivos países de medidas comerciales severas, aunque el presidente estadounidense ha manifestado que no cederá en su política arancelaria.
La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, describió su conversación con Rubio como “franca” —código diplomático para indicar una comunicación directa— y reafirmó la posición de su gobierno: “Vamos a ejercer la máxima presión sobre los estadounidenses y, mientras tanto, trabajaremos en buscar alternativas”. Joly enfatizó que “los aranceles de Trump van a perjudicar a los estadounidenses. Ese es nuestro mensaje, esa es nuestra postura”. Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, advirtió que las naciones del G7 deberían evitar el pánico y publicó un mensaje de solidaridad con Canadá en la plataforma X, acompañado de una fotografía junto a la jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas. Esta muestra de unidad europea busca contrarrestar las divisiones que podría generar la política comercial estadounidense.
Más allá de las cuestiones relacionadas con Ucrania y el comercio, los países del G7 abordaron otros temas geopolíticos relevantes. En particular, reclamaron la “restauración de la democracia en Venezuela” y exigieron respetar las “aspiraciones” de quienes “votaron por un cambio” en las elecciones presidenciales del pasado mes de julio, en las que la oposición interna denunció fraude. El comunicado pide específicamente al “régimen” de Nicolás Maduro que “cese la represión y las detenciones arbitrarias e injustas”, así como que ordene la “liberación incondicional e inmediata de todos los presos políticos”. La declaración incluye también una condena ante la “inaceptable” incursión de un buque venezolano en aguas cercanas a Guyana, calificándola como una violación de los “derechos soberanos” de este último país y reafirmando su apoyo a la “integridad territorial” en el contexto de la disputa bilateral por la región del Esequibo.
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A pesar de las dificultades para alcanzar consensos, el encuentro ministerial del G7 en La Malbaie logró producir una declaración unificada sobre temas fundamentales de la agenda internacional. Las sesiones del viernes se acortaron debido a compromisos de la ministra Joly, quien debía asistir a la ceremonia de juramentación y primera reunión del gabinete del próximo primer ministro canadiense, Mark Carney. Este consenso de última hora sobre temas críticos como Ucrania y Venezuela demuestra que, a pesar de las tensiones y diferencias, las principales potencias democráticas mantienen canales de diálogo funcionales. La dirigente opositora venezolana María Corina Machado agradeció públicamente a los ministros del G7 la “nítida” posición adoptada ante lo que describió como la “crueldad” del régimen de Maduro con los “más de mil presos políticos en Venezuela” y en defensa del “ejercicio soberano” que representaron los comicios de julio, evidenciando la relevancia internacional de los posicionamientos adoptados por el G7.
Fuente: Infobae
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