Imagen ilustrativa. Infobae
Los nutricionistas confirman que el orden en que se consumen los alimentos puede ser tan relevante como su composición nutricional. Investigaciones recientes demuestran que seguir una secuencia específica durante las comidas permite reducir significativamente los picos de glucosa en sangre, mejorar la digestión y favorecer el mantenimiento del peso corporal. Este enfoque, respaldado por estudios científicos, representa una estrategia accesible para optimizar la salud metabólica sin necesidad de modificar radicalmente el contenido de la dieta.
La secuencia ideal según especialistas
De acuerdo con Jessie Inchauspé, bioquímica especializada en glucosa, y estudios de la Universidad de Cornell, la secuencia óptima consiste en consumir primero vegetales, seguidos por proteínas y grasas, dejando los carbohidratos y azúcares para el final. Esta organización puede reducir hasta un 75% los picos de glucosa sin alterar el contenido calórico ni los alimentos que componen la comida. El protocolo funciona como un sistema de regulación metabólica natural que optimiza la absorción de nutrientes y estabiliza los niveles de energía.
El papel protector de los vegetales
Iniciar las comidas con vegetales crea un efecto barrera en el intestino que ralentiza la absorción de los nutrientes consumidos posteriormente. La fibra presente en estos alimentos forma una capa protectora que modifica la velocidad de digestión de los carbohidratos. Los estudios dirigidos por especialistas de Weill Cornell Medicine demostraron una reducción del 46% en los picos glucémicos en personas que siguieron este patrón, comparado con quienes comenzaban sus comidas con pan u otros carbohidratos.
Beneficios de las proteínas y grasas como segundo paso
Las proteínas y grasas saludables, consumidas después de los vegetales, complementan el efecto regulador sobre la glucemia. Estos macronutrientes requieren mayor tiempo de digestión y no provocan elevaciones abruptas de glucosa. Adicionalmente, contribuyen a mantener una sensación de saciedad más prolongada, lo que naturalmente reduce la ingesta calórica total. Esta combinación secuencial permite aprovechar los beneficios nutricionales de todos los grupos alimentarios minimizando sus potenciales efectos negativos sobre el metabolismo.
Carbohidratos al final: la clave para el control metabólico
Consumir los carbohidratos y azúcares al final de la comida permite que su absorción ocurra de manera gradual, evitando las fluctuaciones bruscas de glucosa que pueden desencadenar fatiga, antojos y, a largo plazo, resistencia a la insulina. Esta práctica resulta especialmente beneficiosa para personas con prediabetes o diabetes tipo 2, aunque los estudios demuestran ventajas significativas incluso en individuos metabólicamente sanos. La estabilidad glucémica conseguida mediante este método favorece un mejor rendimiento cognitivo y físico tras las comidas.
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Respaldo científico y aplicaciones prácticas
Múltiples investigaciones científicas confirman los beneficios de esta secuenciación alimentaria. Un estudio realizado con personas con prediabetes mostró que quienes seguían este orden experimentaban menor cansancio postprandial y reducción de antojos entre comidas. La simplicidad de esta estrategia la convierte en una herramienta accesible para mejorar la salud metabólica sin necesidad de restricciones severas ni cambios drásticos en los hábitos alimentarios. Los expertos recomiendan implementar este enfoque gradualmente, comenzando por la comida principal del día, para maximizar su efectividad y sostenibilidad a largo plazo.
Fuente: Infobae
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