Cultura

Templo San Joaquín y Santa Ana reabre sus puertas tras restauración

El templo colonial de San Joaquín y Santa Ana fue entregado a las autoridades locales tras un minucioso trabajo de restauración ejecutado por la SNC.

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La Secretaría Nacional de Cultura (SNC) realizó este jueves la entrega formal de las llaves del Templo San Joaquín y Santa Ana, ubicado en la ciudad de San Joaquín, departamento de Caaguazú, tras culminar un exhaustivo proceso de restauración integral. La ceremonia de entrega contó con la presencia del párroco Arnildo Dávalos; el intendente municipal, Luis Palacios; el representante del Consorcio Restauración, José Fernández; la Directora General de Patrimonio Cultural, Natalia Antola; la ingeniera Ada Verna, fiscal de obras; y el arquitecto Julio Ibarra, supervisor de la SNC. Durante el acto se procedió a la firma del acta de entrega que formaliza la recepción en usufructo del histórico templo por parte de la comunidad local.

El intendente Palacios expresó durante la ceremonia la profunda significación que tiene este edificio religioso para los habitantes de San Joaquín, señalando que la iglesia es nuestro ícono central. Después de esta restauración general, es la única que está en pie. Todos tenemos un gran valor sentimental, espiritual, social y cultural. Todo en San Joaquín es la iglesia. Estas palabras reflejan el estrecho vínculo entre la comunidad y el templo, que trasciende lo meramente religioso para convertirse en un elemento identitario fundamental para la localidad. Por su parte, la Directora General de Patrimonio Cultural de la SNC, Natalia Antola, agradeció la participación comunitaria en el proceso, reconociendo al párroco y los habitantes locales como los custodios de este trabajo.

El proyecto de recuperación del templo se desarrolló metódicamente en dos etapas bien definidas. La primera fase consistió en una salvaguardia de emergencia que incluyó prospecciones arqueológicas preliminares y la instalación de un sobretecho protector para prevenir mayores deterioros mientras se planificaba la intervención definitiva. Posteriormente, se ejecutó la restauración integral, implementando un enfoque técnico y científico que contempló estudios arqueológicos exhaustivos realizados antes, durante y después de la intervención, garantizando así el respeto por el valor histórico y patrimonial de la edificación.

Los trabajos abarcaron tanto la estructura exterior como los elementos interiores del templo. Se procedió a la reconstrucción de muros de adobe y a la implementación de un sistema de apuntalamiento estructural, intervención necesaria debido a la falta de bases adecuadas en los pilares que sostenían el edificio. Paralelamente, se restauraron bienes muebles de singular valor patrimonial, como el retablo principal, el púlpito y diversas imágenes religiosas que forman parte del acervo cultural del templo. Como complemento a estos trabajos, se construyó una nueva explanada con equipamiento urbano que realza el entorno inmediato de la edificación y mejora su integración con el espacio público circundante.

El Templo San Joaquín y Santa Ana representa uno de los ejemplos más significativos del legado jesuítico en Paraguay. Fundado en 1746 por el padre Sebastián Yegros como parte del plan de la Compañía de Jesús para la organización de comunidades indígenas, el pueblo de San Joaquín estaba originalmente ubicado en la zona de Tarumá. En 1753, debido a ataques indígenas y condiciones climáticas adversas, la comunidad fue trasladada a su emplazamiento actual, donde se levantó el templo que ha perdurado hasta nuestros días, constituyéndose en un testimonio tangible de un período crucial en la historia paraguaya.

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Arquitectónicamente, el templo se distingue por su estructura períptera, con muros de adobe y una estructura portante de madera que combina el estilo colonial con influencias de los saberes tradicionales guaraníes, evidenciando el sincretismo cultural característico de la época. Su fachada principal, orientada hacia el oeste, conduce al retablo mayor, considerado único en su tipo por estar conformado por la fusión de partes de varios retablos en madera policromada insertos en un muro de adobe. A lo largo de los siglos, este edificio religioso ha funcionado como un importante centro espiritual y cultural, reflejando la simbiosis entre la herencia jesuítica y la identidad local. Aunque ya se ha realizado la entrega formal, las autoridades han anunciado que próximamente se dará a conocer la fecha de la inauguración oficial del templo restaurado, evento que promete reunir a la comunidad en torno a este símbolo histórico recuperado.

Por RDN