El presidente de Rusia, Vladimir Putin, emitió este miércoles una orden directa a sus fuerzas armadas para “liberar completamente” la región de Kursk, área fronteriza rusa parcialmente controlada por tropas ucranianas desde agosto del año pasado. La directriz se produjo durante la primera visita del mandatario a la zona desde el inicio de la incursión ucraniana, en un momento en que los informes militares indican un significativo retroceso de las fuerzas de Kiev que habían mantenido presencia en territorio ruso durante más de siete meses. “Espero que todas las misiones de combate que tienen ante sí nuestras unidades se cumplan y que el territorio de la región de Kursk quede pronto completamente liberado del enemigo”, declaró Putin en un mensaje transmitido por la televisión estatal mientras se reunía con las tropas rusas desplegadas en la región.
Durante su visita a un centro de control militar en Kursk, Putin recibió un informe de situación del jefe del Estado Mayor ruso, Valery Gerasimov, quien informó que las tropas ucranianas en la región ahora se encuentran rodeadas. Según las declaraciones oficiales rusas, las fuerzas de Moscú han capturado a 430 soldados ucranianos durante los combates en la zona. En un tono contundente, el presidente ruso señaló que estos prisioneros deberían ser “tratados como terroristas, de acuerdo con las leyes de la Federación Rusa”, insinuando la posibilidad de que enfrenten juicios en tribunales rusos con potenciales condenas de décadas de prisión, en lugar de ser considerados prisioneros de guerra convencionales.
Los avances rusos en la zona se intensificaron durante la última semana, comprometiendo severamente la posición ucraniana. El Ministerio de Defensa ruso informó el miércoles sobre la captura de cinco aldeas adicionales, mientras que el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, calificó la situación afirmando que “la dinámica es buena” para las fuerzas rusas. Medios de comunicación han verificado videos que muestran a tropas rusas izando la bandera tricolor en el centro de Sudzha, una ciudad estratégica cercana a la frontera que había funcionado como ruta de suministro clave para las fuerzas ucranianas. Deep State, reconocido sitio web ucraniano que monitorea el frente de batalla, actualizó sus mapas para reflejar que las fuerzas ucranianas ya no controlan esta localidad, aunque indicó que los combates continuaban en sus alrededores.
La incursión ucraniana en Kursk, iniciada el 6 de agosto del año pasado, representó uno de los movimientos más audaces de Kiev durante el conflicto, al llevar la guerra al territorio del adversario. Esta operación transfronteriza inicialmente elevó la moral de la población ucraniana y proporcionó al gobierno de Volodímir Zelenski una potencial moneda de cambio para futuras negociaciones. Sin embargo, después de mantener control sobre una zona que se reducía progresivamente durante más de siete meses, las fuerzas ucranianas han visto su posición deteriorarse drásticamente en los últimos días, con múltiples fuentes confirmando una retirada general.
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Los análisis de expertos militares sugieren que la presencia ucraniana en Kursk está llegando a su fin. El analista ruso independiente Ruslan Leviev declaró a Dozhd TV: “Quizás esta historia termine hoy. Quizás intenten mantener las aldeas fronterizas un par de días más. Pero en general, la historia de la cabeza de puente de Kursk está llegando a su fin, y las tropas ucranianas se están retirando”. Esta evaluación coincide con los reportes de blogueros militares como Skadovskyi Defender, quien publicó en Telegram que “las Fuerzas Armadas de Ucrania abandonan Kursk” y que “no habrá soldados ucranianos allí el viernes”, aunque el mismo canal afirmó que Ucrania continuaba realizando intensos ataques contra Sudzha. Por su parte, el máximo comandante ucraniano había negado a principios de semana que sus fuerzas estuvieran siendo rodeadas, aunque admitió que estaban “tomando mejores posiciones defensivas”.
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Este desarrollo militar se produce en un contexto diplomático complejo, luego de que Ucrania aceptara el martes la propuesta estadounidense de un alto el fuego de 30 días en el conflicto que ya se extiende por más de tres años. El Kremlin, por su parte, indicó que necesitaba información adicional de Washington antes de comentar si las condiciones planteadas para el cese temporal de hostilidades resultaban aceptables. Mientras tanto, el costo humano del conflicto sigue aumentando, con el gobernador ruso de Kursk reportando que cuatro empleados civiles de una fábrica de piensos fallecieron al noreste de Sudzha este miércoles, evidenciando que la población civil continúa sufriendo las consecuencias de los enfrentamientos en la región fronteriza.
Fuente: Infobae
