Peña busca preservar relación con Lula tras caída de Lezcano

La decisión de retirar la candidatura de Rubén Ramírez Lezcano a la Secretaría General de la OEA generó tensión diplomática, especialmente con Brasil. El gobierno paraguayo ahora intenta minimizar el impacto negativo en sus relaciones estratégicas con el país vecino.

La reciente retirada de la candidatura de Rubén Ramírez Lezcano para la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) dejó profundas heridas en el gobierno paraguayo y encendió alertas sobre posibles repercusiones en las relaciones con Brasil. El desplome de las aspiraciones paraguayas se produjo de manera inesperada durante el encuentro de mandatarios en Montevideo, donde según fuentes presentes en las discusiones, mientras todos los presidentes estaban reunidos para acordar el apoyo a Ramdin (el candidato de Surinam), Lezcano y Peña recorrían los pasillos buscando confirmar los apoyos que finalmente no se materializaron.

La frustración del gobierno quedó plasmada en un comunicado oficial que calificó como abrupta e inexplicable la forma en que países considerados amigos modificaron su compromiso inicial de apoyar la candidatura paraguaya. Este texto, que según fuentes gubernamentales no contó con el consenso de todo el gabinete, evidencia la sorpresa y decepción por lo que representa una significativa derrota política para el presidente Santiago Peña y especialmente para el canciller Lezcano. La situación expuso una realidad diplomática compleja donde Paraguay fue sorprendido por un cambio repentino en los compromisos que creía tener asegurados.

Las miradas se dirigen ahora hacia Brasil, cuya influencia resultó decisiva en el desenlace de este proceso. Fuentes cercanas al presidente Luiz Inácio Lula da Silva reconocen que el mandatario brasileño buscó enviar un mensaje contundente a Peña para que reconsidere sus alineamientos regionales. La decisión de Brasil se enmarca en una estrategia más amplia donde Lula busca relanzar la integración regional a través de Unasur como mecanismo para enfrentar a la administración Trump y contrarrestar la influencia del presidente argentino Javier Milei, principal aliado estadounidense en Sudamérica. Tiene que definir si quiere estar de este lado o con Milei y Trump, sostienen fuentes del entorno del mandatario brasileño.

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A pesar de este revés diplomático, desde Brasilia aseguran que la intención de Lula es mantener las buenas relaciones institucionales con Paraguay. Hay que saber separar la estrategia política de la relación institucional. La relación seguirá siendo buena, señalan fuentes cercanas al gobierno brasileño. No obstante, la demostración de liderazgo regional por parte de Lula evidencia que un distanciamiento de sus posiciones podría tener costos significativos para Paraguay, razón por la cual el presidente Peña busca superar rápidamente este episodio para evitar que afecte la relación con sus socios del Mercosur, foro fundamental que permite a Paraguay proyectarse internacionalmente bajo el respaldo de Brasil y Argentina.

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Las implicaciones de este desencuentro diplomático trascienden el ámbito político y podrían afectar asuntos bilaterales estratégicos. Actualmente, Paraguay y Brasil se encuentran en la recta final de las negociaciones para el Acuerdo del Anexo C de Itaipú, que establece las condiciones financieras y operativas de la hidroeléctrica binacional. Estas conversaciones, que ya acumulan retraso pues debieron concluir el año pasado, podrían resultar en una rebaja de la tarifa energética, tema que en el pasado generó fricciones entre Peña y Lula. La administración paraguaya es consciente de que tiene mucho que perder si persiste en la línea de confrontación sugerida en el comunicado oficial emitido tras la retirada de la candidatura.

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Otro factor que motiva a Peña a reconstruir puentes diplomáticos es su interés en mantener la sintonía regional y las buenas relaciones personales con mandatarios como Gabriel Boric de Chile y Luis Arce de Bolivia. Según fuentes gubernamentales, el presidente paraguayo tiene pendientes con sus vecinos proyectos de gran envergadura, como el corredor bioceánico, iniciativa donde el respaldo brasileño resulta crucial. El incidente de la OEA ha demostrado que, independientemente de las aspiraciones paraguayas en organismos internacionales, la capacidad de articulación regional de Lula sigue siendo determinante y Peña necesita calibrar cuidadosamente su estrategia para equilibrar sus relaciones con los diferentes actores del continente sin comprometer los intereses nacionales paraguayos.

Fuente: LPO

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