El Gobierno de China negó categóricamente la teoría de que el COVID-19 se originó por una fuga de laboratorio, en respuesta a declaraciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, que calificó esta hipótesis como “más probable” que una transmisión natural del virus.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Mao Ning, reiteró que esta posibilidad ya fue descartada por investigaciones previas realizadas por expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y China.
Mao Ning afirmó en conferencia de prensa que el equipo conjunto de expertos, tras visitas a laboratorios en Wuhan, concluyó que una fuga es “extremadamente improbable”. Estas conclusiones, según la portavoz, han sido ampliamente aceptadas por la comunidad científica y internacional.
Por su parte, la CIA declaró el sábado pasado que, aunque con un bajo grado de confianza, considera más probable que la pandemia haya comenzado en un entorno de investigación que por una transmisión animal. Estas declaraciones renovaron el debate global sobre los orígenes del virus, que ha causado millones de muertes en el mundo.
China respondió instando a Estados Unidos a dejar de politizar el tema y de utilizarlo como herramienta para culpar a otros países. Asimismo, exhortó a las autoridades estadounidenses a proporcionar información a la OMS sobre los primeros casos sospechosos detectados en su territorio.
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El origen del COVID-19 ha sido objeto de intensos debates desde el inicio de la pandemia, con teorías que oscilan entre una zoonosis natural y una posible filtración en un laboratorio. A pesar de los esfuerzos internacionales por determinar su causa, la falta de evidencia concluyente sigue alimentando la controversia.
La OMS ha solicitado una mayor cooperación internacional para resolver este asunto de manera definitiva, destacando la importancia de mantener la ciencia y la transparencia como pilares fundamentales de la investigación.
Fuente: DW
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