La controversia diplomática que envuelve al presidente paraguayo Santiago Peña tras su reciente visita a Washington continúa generando repercusiones en el ámbito político nacional. El mandatario defendió su gestión internacional y calificó el viaje como “histórico”, pese a los cuestionamientos surgidos por su ausencia en la ceremonia de asunción del presidente Donald Trump.
En una declaración que ha generado debate en círculos políticos, Peña afirmó que su administración está dispuesta a “ir donde nunca antes se fue para conseguir lo que nunca antes se consiguió”. Esta postura refleja su determinación de mantener una agenda internacional activa, a pesar de las críticas recibidas por parte de la oposición.
El presidente paraguayo utilizó metáforas climáticas para referirse a sus detractores, describiéndolos como “viento sur, tormenta y ancla”, sugiriendo que estos buscan obstaculizar su gestión internacional. Sin embargo, reafirmó su compromiso de continuar con su estrategia de promoción internacional del país.
En un intento por contextualizar históricamente sus acciones, Peña se comparó con el expresidente Carlos Antonio López, figura histórica reconocida por la modernización de Paraguay. Esta comparación ha generado diversas reacciones en el ámbito político y académico nacional.
Respecto a los cuestionamientos específicos sobre su ausencia en la ceremonia presidencial estadounidense, Peña destacó reuniones con “cincuenta legisladores” y miembros del gabinete de Trump. Particularmente, enfatizó su encuentro con el senador Marco Rubio, aunque los detalles específicos de estas reuniones no han sido completamente esclarecidos.
El mandatario defendió la efectividad de su visita asegurando que se avecinan “grandes novedades” en los próximos meses, especialmente en lo referente a las relaciones entre Estados Unidos y América Latina. Sin embargo, no proporcionó detalles concretos sobre estos potenciales desarrollos.
En cuanto a los desafíos internos, Peña reconoció la existencia de problemas en áreas como salud, educación, infraestructura y empleo. No obstante, mantuvo su posición de que la proyección internacional del país es fundamental para abordar estas cuestiones.
La estrategia de política exterior de Peña ha generado debate sobre el equilibrio entre la promoción internacional y la atención a las necesidades domésticas. Diversos analistas políticos cuestionan la efectividad de este enfoque en términos de beneficios concretos para el país.
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El presidente insiste en que Paraguay será “protagonista” en el cambio de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, aunque no ha especificado cómo se materializará este rol protagónico.
Los próximos meses serán cruciales para evaluar si esta estrategia diplomática genera resultados tangibles para Paraguay, mientras crece el escrutinio público sobre los costos y beneficios de estos esfuerzos diplomáticos.
Fuente: ABC Color
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