El Departamento de Estado de Estados Unidos ha ordenado la congelación de nuevos fondos destinados a casi todos los programas de ayuda exterior, salvo excepciones específicas. La medida, que excluye la ayuda militar a Israel y Egipto, así como los programas de alimentos de emergencia, podría generar serias repercusiones a nivel global.
El congelamiento de fondos afecta proyectos clave financiados por Estados Unidos en áreas como salud, educación, desarrollo económico, capacitación laboral, seguridad y lucha contra la corrupción. En 2023, el país destinó aproximadamente 60.000 millones de dólares en asistencia exterior, representando alrededor del 1% de su presupuesto total.
El secretario de Estado, Marco Rubio, emitió la directiva a través de un cable diplomático enviado a embajadas estadounidenses en todo el mundo. En el documento se detalla que la suspensión tiene como objetivo garantizar que los recursos no se dupliquen, sean efectivos y se alineen con la política exterior del presidente Donald Trump.
Entre las pocas excepciones se encuentran los programas de alimentos de emergencia, que continúan financiando esfuerzos humanitarios en zonas de crisis como Sudán. Sin embargo, la asistencia a otros países, incluida Ucrania, queda en incertidumbre, ya que no se ha otorgado una exención específica para el apoyo militar a ese país.
La suspensión amenaza la continuidad de diversos proyectos en naciones que dependen de la asistencia estadounidense para enfrentar desafíos como la pobreza extrema, la inseguridad alimentaria y la atención médica básica. Expertos advierten que la medida podría tener “consecuencias de vida o muerte” para comunidades vulnerables en todo el mundo.
Organizaciones humanitarias y representantes de la comunidad internacional han expresado su preocupación por la decisión. Abby Maxman, directora de Oxfam América, advirtió sobre el impacto devastador que la congelación de fondos podría generar en poblaciones vulnerables.
Desde las Naciones Unidas, el portavoz adjunto Farhan Haq señaló que, si bien la decisión es unilateral, se espera que los países con capacidad de financiamiento continúen con sus contribuciones para el desarrollo global.
El congelamiento se enmarca en una estrategia más amplia del Partido Republicano para revisar la asistencia exterior y garantizar que se utilicen los fondos de manera “estrictamente necesaria”. Brian Mast, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, ha prometido evaluar cada asignación y diplomático involucrado en estos programas.
Unite a nuestro canal de WhatsApp
Se espera que en los próximos meses se establezcan nuevos estándares para la evaluación de la ayuda exterior, con un informe final que servirá de base para futuras recomendaciones de política.
La congelación de la ayuda exterior de EE.UU. marca un punto de inflexión en la política internacional del país, con impactos que podrían sentirse en diversas regiones del mundo. Mientras se lleva a cabo la revisión de estos programas, la incertidumbre persiste en torno al futuro de la cooperación estadounidense en áreas críticas como salud, educación y seguridad global.
Fuente: Infobae
