La administración Trump marca un nuevo rumbo en la carrera tecnológica global con el anuncio de una inversión privada de 500.000 millones de dólares en infraestructura de inteligencia artificial. El proyecto Stargate, respaldado por figuras prominentes como Sam Altman de OpenAI, Masayoshi Son y Larry Ellison de Oracle, representa la mayor inversión en IA en la historia de Estados Unidos.
El gobierno estadounidense estructura su estrategia tecnológica en torno a dos ejes principales: la competencia con China y el impulso a la innovación doméstica. La Casa Blanca incorpora a destacados expertos en tecnología, incluyendo a David Sacks como zar de IA y criptomonedas, y Michael Kratsios, quien sostiene que China busca expandir globalmente su influencia tecnológica.
La nueva administración evalúa el marco regulatorio heredado de Biden sobre la difusión de la inteligencia artificial. Este incluye restricciones en la exportación de GPU avanzadas y datos relacionados con modelos de lenguaje, medidas diseñadas para limitar el acceso de empresas chinas a tecnología estadounidense.
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El sector tecnológico estadounidense mantiene una postura dividida frente a las restricciones. Nvidia advierte que regulaciones excesivamente prescriptivas podrían obstaculizar la innovación, mientras que otros expertos señalan que limitar el acceso de terceros países podría beneficiar indirectamente a China.
Trump muestra una inclinación hacia la desregulación del sector, evidenciada por la eliminación de la orden ejecutiva de Biden que requería que los desarrolladores compartieran información con el gobierno. Se anticipa un enfoque sectorial donde las agencias federales supervisarán el uso de IA dentro de sus respectivas jurisdicciones.
Fuente: Infobae
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