La construcción de la primera planta de celulosa en Paraguay, un proyecto valorado en USD 4.000 millones, enfrenta obstáculos significativos debido a la aparente demora en la aprobación de permisos ambientales por parte del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), situación que fuentes empresariales atribuyen a presiones del expresidente Horacio Cartes.
El proyecto Paracel, liderado por el Grupo Zapag, representa una de las mayores inversiones privadas en la historia del país, con proyecciones para generar 40.000 empleos directos e indirectos una vez que la planta industrial, ubicada en Concepción, alcance su plena capacidad operativa prevista para 2027.
¡Seguimos avanzando!
Te compartimos el avance de los trabajos realizados durante el mes de noviembre, en el sitio de planta industrial. pic.twitter.com/PIVIGvaxgL
— Paracel (@paracelpy) December 11, 2024
La rivalidad empresarial entre Cartes y el Grupo Zapag emerge como telón de fondo de esta situación. Según fuentes cercanas al proceso, el expresidente buscaría limitar el crecimiento patrimonial de grupos empresariales rivales, particularmente en un sector considerado estratégico como la producción de celulosa.
Ante este escenario, el Grupo Zapag evalúa la incorporación de un socio brasileño como estrategia para destrabar los permisos ambientales. Esta movida podría moderar el ritmo de crecimiento patrimonial del grupo y, según las fuentes consultadas, resultaría “aceptable” para Cartes, cuyo poder empresarial se vio afectado por las sanciones de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos.
El proyecto ya ha logrado avances significativos en otros frentes, incluyendo la captación de bonos en mercados internacionales y el inicio de la plantación de 22.000 hectáreas con aproximadamente 25 millones de eucaliptos, destinados a proveer la materia prima necesaria para la operación.
Los documentos de evaluación ambiental presentados por la empresa destacan un diseño que minimiza los impactos negativos en el entorno. La planta adoptará el proceso kraft, reconocido por su eficiencia y sostenibilidad, y contará con sistemas avanzados de tratamiento de efluentes y control de emisiones atmosféricas. Además, promete generar un excedente de energía limpia para la red eléctrica nacional.
La planta proyecta generar 22MW de energía renovable, con un excedente de 100MW que se integraría a la red eléctrica nacional, suficiente para abastecer una ciudad de 200.000 habitantes, evidenciando su potencial impacto en la matriz energética del país.
El ministro del Ambiente, Rolando de Barros, no ha emitido pronunciamientos oficiales sobre las razones de la demora en los permisos, mientras que Paracel mantiene una postura reservada respecto al aparente conflicto con el líder del Partido Colorado.
La situación pone de manifiesto las tensiones entre el poder político y el desarrollo empresarial en Paraguay, donde las inversiones de gran escala pueden verse afectadas por dinámicas que trascienden lo meramente técnico o administrativo.
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El caso Paracel evidencia la compleja interacción entre el sector privado y las instituciones públicas en Paraguay, donde las rivalidades empresariales pueden impactar en el desarrollo de proyectos estratégicos para la economía nacional.
La resolución de este conflicto podría sentar un precedente importante para futuras inversiones de gran escala en el país, especialmente en sectores que requieren significativa aprobación regulatoria y ambiental.
Fuente: La Política Online
