El sector algodonero registró un crecimiento significativo en 2024, con un aumento del 63% en el valor de las exportaciones de fibra de algodón, alcanzando los USD 48,5 millones. Esta recuperación gradual refleja el resurgimiento de un rubro que en el pasado fue crucial para la economía rural y que se conocía como el “oro blanco” debido a su importancia como fuente de ingresos para las familias campesinas.
El incremento en las exportaciones se atribuye principalmente a la incursión de los productores menonitas del Chaco, quienes han logrado optimizar la producción del textil mediante la adopción de tecnologías avanzadas y prácticas agrícolas eficientes. Año tras año, estos productores han ampliado la superficie de cultivo, lo que ha permitido un crecimiento sostenido en los volúmenes de producción y exportación.
Además, la mecanización del proceso productivo ha sido un factor determinante para la mejora de la competitividad del algodón paraguayo en el mercado internacional. Sin embargo, a pesar del repunte del sector, el algodón ya no tiene la relevancia económica que tuvo en décadas pasadas, cuando representaba una fuente de ingreso fundamental para las familias campesinas, especialmente para la adquisición de insumos escolares de los niños en zonas rurales.
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El crecimiento del sector algodonero en los últimos años ha sido notable. En 2021, las exportaciones alcanzaron un valor de USD 9 millones, mientras que en 2024 esta cifra se elevó a USD 48,5 millones, lo que representa un aumento del 415% en apenas cuatro años. Esta tendencia positiva señala el potencial del algodón como una alternativa de renta para los productores rurales.
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Los analistas del sector agrícola destacan que, si se mantiene el ritmo de inversión en tecnología y la expansión de la superficie cultivada, la producción algodonera podría seguir en ascenso en los próximos años. No obstante, también advierten sobre la necesidad de diversificar los mercados de exportación para evitar la dependencia de pocos compradores y garantizar la estabilidad del sector.
A pesar de los avances logrados, el sector enfrenta desafíos como la fluctuación de precios en el mercado internacional, la competencia con otros países productores y las condiciones climáticas adversas. Para fortalecer el rubro, se requieren políticas de apoyo que incentiven la producción sostenible y brinden acceso a créditos a pequeños y medianos productores.
Fuente: El Nacional