El 18 de diciembre de 2023, el Operativo Veneratio marcó un punto de inflexión en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú. Con la participación de más de 2.000 efectivos policiales, linces y militares, se retomó el control del penal, que estaba dominado por el Clan Rotela. Durante la intervención, 724 internos fueron trasladados a otras cárceles, incluyendo penales de máxima seguridad.
Sin embargo, un informe reciente del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNPT) reveló que la situación dentro del penal no ha mejorado del todo. Según el documento, Tacumbú enfrenta un sistema de liderazgo bicéfalo, donde policías y agentes penitenciarios comparten el control, generando conflictos de competencias y perpetuando redes de corrupción.
El informe destacó que los agentes penitenciarios y la Policía Nacional tienen roles claramente definidos pero solapados. Mientras los policías vigilan el perímetro y controlan ingresos, los agentes penitenciarios gestionan la dinámica interna, incluidas actividades corruptas como el cobro por el uso de teléfonos y la reubicación de internos.
Unite a nuestro canal de WhatsApp
Orlando Castillo, comisionado del MNPT, señaló que la corrupción sigue siendo un problema estructural. “Toda la maquinaria sigue funcionando”, afirmó, haciendo referencia a la complicidad de ambos cuerpos de seguridad en la aceptación de sobornos y la extorsión a internos y sus familias.
El operativo permitió desarticular estructuras de poder entre los reclusos, pero dio paso a nuevos actores corruptos. La intervención militar y policial fue significativa, pero las prácticas ilícitas parecen haberse adaptado a las nuevas condiciones, mostrando la dificultad de erradicar el problema desde su raíz.
Fuente: Última Hora