El Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó este jueves la petición del presidente electo Donald Trump de aplazar la sentencia en el caso Stormy Daniels, marcando un momento histórico en la justicia estadounidense. La decisión, alcanzada por una ajustada mayoría de cinco votos contra cuatro, obliga a Trump a enfrentar su sentencia este viernes por 34 delitos relacionados con la falsificación de registros comerciales.
La votación reveló divisiones significativas dentro del máximo tribunal, donde tres jueces conservadores nombrados por el propio Trump durante su primer mandato se encontraron en posiciones opuestas. El presidente del Tribunal, John Roberts, y la jueza conservadora Amy Coney Barrett se unieron a las tres magistradas progresistas para formar la mayoría, mientras que los jueces Clarence Thomas, Samuel Alito, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh votaron en contra.
La resolución del Supremo destaca dos elementos fundamentales para rechazar la suspensión: primero, que las presuntas violaciones legales alegadas por Trump pueden abordarse mediante el proceso regular de apelación, y segundo, que la carga que la sentencia impondrá sobre las responsabilidades del presidente electo se considera “relativamente insustancial”, especialmente considerando la intención declarada del tribunal de eximirle de pena sin condiciones.
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El equipo legal de Trump había presentado una extensa petición de 40 páginas argumentando que obligar al presidente electo a prepararse para una sentencia penal mientras se prepara para asumir la presidencia en menos de dos semanas representaba una “carga intolerable e inconstitucional”. El recurso, presentado por John Sauer, quien se convertirá en procurador general cuando Trump asuma el cargo, buscaba establecer un precedente sobre la inmunidad presidencial durante el período de transición.
Los cargos contra Trump se originaron en el pago de 130.000 dólares a la actriz de cine para adultos Stormy Daniels, destinado a mantener su silencio sobre una supuesta relación extramarital que podría haber afectado las elecciones presidenciales de 2016. El jurado popular lo encontró culpable de falsificar cheques, facturas y registros contables para ocultar estos pagos, delitos que técnicamente podrían acarrear hasta cuatro años de prisión.
El juez Juan Merchan, quien presidirá la audiencia de sentencia programada para las 9:30 de la mañana hora de Nueva York, había rechazado previamente los argumentos de la defensa sobre la inmunidad presidencial. Sin embargo, ha indicado su inclinación hacia una “exención incondicional”, lo que significaría que Trump podría evitar cualquier pena de prisión, manteniéndose el reproche jurídico y político de ser el primer presidente estadounidense condenado.
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La decisión del Supremo marca un precedente significativo en la historia judicial estadounidense, estableciendo límites claros a la inmunidad presidencial y reforzando el principio de que nadie, ni siquiera un presidente electo, está por encima de la ley. No obstante, los abogados de Trump mantienen la posibilidad de continuar apelando la condena una vez dictada la sentencia.
Esta resolución se produce en un momento crítico para la democracia estadounidense, a solo diez días de que Trump asuma nuevamente la presidencia. El caso Stormy Daniels se ha convertido en un símbolo de los desafíos que enfrenta el sistema judicial al equilibrar los privilegios presidenciales con la responsabilidad legal, sentando las bases para futuros casos que involucren a altos funcionarios gubernamentales.
Fuente: El País