La tensión entre el comando cartista y el equipo económico del presidente Santiago Peña alcanzó un nuevo nivel tras las declaraciones del senador Gustavo Leite, quien exigió públicamente un cambio de rumbo en la administración estatal. El foco de las críticas apunta directamente al ministro de Economía, Carlos Fernández Valdovinos, señalado como el principal obstáculo para la dirigencia colorada.
El control absoluto que ejerce Valdovinos sobre nombramientos, contratos y recursos estatales ha generado un profundo malestar en las filas del cartismo. Fuentes cercanas a la avenida España advierten sobre una posible fuga masiva de dirigentes hacia la disidencia, frustrados por promesas electorales incumplidas y espacios negados en el aparato estatal.
La remoción de Lea Giménez de la jefatura de gabinete marcó la primera victoria del ala dura cartista en su pugna por el control gubernamental. Sin embargo, Valdovinos permanece como último bastión de confianza de Peña, resistiendo las presiones del comando político de Honor Colorado.
Los rumores de una inminente renovación ministerial cobran fuerza en los pasillos del poder. Según fuentes cercanas al oficialismo, seis carteras estatales están en la mira: Salud, Obras Públicas, Cancillería, MITIC, Industria y Comercio, y el IPS. Los cambios podrían materializarse antes de marzo, respondiendo a directivas del comando cartista.
Leite, vocero informal del ala dura, criticó el excesivo enfoque de Peña en la política exterior y la percepción de que la corrupción continúa en niveles similares a la era de Mario Abdo Benítez. El senador, quien no oculta sus aspiraciones a la Cancillería, demanda una “revolución colorada” en la gestión gubernamental.
La situación se complica en el Congreso, donde Raúl Latorre y Basilio “Bachi” Núñez enfrentan dificultades para mantener la cohesión de las bancadas oficialistas. El descontento se intensifica ante la falta de reciprocidad del Ejecutivo frente al apoyo legislativo recibido durante el primer año y medio de gestión.
La proximidad de las elecciones municipales añade presión al escenario político. Los legisladores cartistas ven amenazados sus liderazgos regionales ante la falta de respuesta del equipo económico que protege a Peña, generando un clima de creciente tensión dentro del movimiento.
El programa “Hambre Cero”, aunque destacado como iniciativa emblemática, resulta insuficiente para calmar los ánimos de la dirigencia. Leite exige entre cinco y seis proyectos de similar envergadura para satisfacer las expectativas generadas durante la campaña electoral.
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La confrontación “indirecta” entre los leales a Cartes y el círculo cercano a Peña evidencia una fractura en la relación entre el poder político y el equipo tecnocrático del gobierno. El control sobre los recursos estatales se ha convertido en el principal campo de batalla.
Las tensiones internas amenazan con escalar mientras el gobierno se acerca a fechas electorales críticas. La dirigencia colorada advierte sobre la necesidad de cambios significativos en la gestión gubernamental, mientras el equipo económico mantiene su posición de control sobre los recursos estatales.
Fuente: La Política Online
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