La República Bolivariana de Venezuela anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Paraguay este lunes, tras el respaldo explícito del presidente Santiago Peña a Edmundo González Urrutia, a quien reconoce como legítimo ganador de las elecciones venezolanas de julio pasado. La crisis se intensificó cuando Paraguay respondió dando 48 horas para la salida de los diplomáticos venezolanos del país.
El detonante de la crisis fue una videollamada entre el presidente Peña y González Urrutia, durante la cual el mandatario paraguayo no solo ratificó su reconocimiento al líder opositor como presidente electo, sino que también prometió contribuir a la “restauración de la democracia” en Venezuela.
La respuesta del gobierno de Nicolás Maduro fue inmediata y contundente. A través de un comunicado del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Venezuela acusó a Paraguay de ignorar el derecho internacional y el principio de no intervención, comparando la situación con “las fantasías políticas del extinto Grupo de Lima”.
El gobierno venezolano criticó duramente la postura paraguaya, señalando que representa una “reedición de estrategias sin sustento político, jurídico ni social” que han demostrado su fracaso en el pasado. Además, acusó a Paraguay de subordinar su política exterior a intereses de potencias extranjeras.
La reacción del gobierno paraguayo fue igualmente firme, estableciendo un plazo de 48 horas para que el embajador Ricardo Capella y todo el personal diplomático venezolano abandonen el territorio nacional. Esta medida refleja el rechazo categórico de Paraguay al gobierno de Maduro, al que considera ilegítimo.
— Presidencia Paraguay (@PresidenciaPy) January 6, 2025
La crisis se desarrolla en un contexto regional complejo, mientras González Urrutia realiza una gira internacional buscando respaldo antes de la ceremonia de juramentación presidencial. El líder opositor ya se ha reunido con los presidentes Javier Milei de Argentina y Luis Lacalle Pou de Uruguay, y tiene previsto un encuentro con Joe Biden en Estados Unidos.
La situación se complica por la existencia de una orden de captura emitida por la Fiscalía General de Venezuela contra González Urrutia, con una recompensa de 100.000 dólares por información sobre su paradero, mientras tanto Maduro como el líder opositor han anunciado su intención de asistir a la ceremonia de juramentación.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano, bajo control chavista, declaró ganador a Nicolás Maduro, resultado que ha sido calificado como fraudulento por numerosos países y organismos internacionales. Esta controversia ha generado una profunda división en la comunidad internacional sobre la legitimidad del proceso electoral.
Paraguay, a través de un comunicado oficial, reafirmó su reconocimiento a González Urrutia como presidente electo de Venezuela, respaldando su derecho a asumir la dirección del país el 10 de enero, basándose en los resultados electorales de julio.
María Corina Machado, líder opositora y fundadora de Vente Venezuela, ha convocado a manifestaciones populares tanto dentro como fuera del país para el día anterior a la ceremonia de investidura, aumentando la tensión política.
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El gobierno paraguayo enfatizó en su comunicado el apoyo al derecho del pueblo venezolano a vivir en democracia, dentro de un Estado de derecho, con pleno respeto a sus libertades y garantías fundamentales.
La ruptura de relaciones entre ambos países marca un nuevo capítulo en la crisis venezolana y evidencia la profunda división que existe en la región sobre el reconocimiento del gobierno legítimo en Venezuela.
La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de estos acontecimientos, mientras se acerca la fecha de la ceremonia de juramentación presidencial, que promete ser un punto de inflexión en la crisis política venezolana.
Fuente: Última Hora/ABC Color
