En el cráter de Batagaika, conocido como la “puerta al inframundo” en Siberia, fue descubierto el cuerpo excepcionalmente conservado de un mamut de 50.000 años, apodado Yana. Este hallazgo, realizado en la región de Yakutia, se destaca como uno de los más importantes en el estudio de la fauna prehistórica debido al extraordinario estado de preservación del espécimen.
Los restos fueron encontrados por residentes locales a unos 40 metros de profundidad en el permafrost. Según los científicos de la Universidad Federal del Noreste de Rusia, Yana, una cría de aproximadamente un año, mide 2 metros de largo y pesa más de 100 kilogramos. La conservación de su cabeza, tronco, orejas y boca permitirá a los investigadores obtener información valiosa sobre la vida en la Edad de Hielo.
El cráter de Batagaika, donde el mamut fue hallado, es el mayor cráter de permafrost del mundo y ha sido escenario de múltiples descubrimientos paleontológicos, muchos de ellos impulsados por el deshielo causado por el cambio climático.
Según Maxim Cherpasov, director del Laboratorio Museo del Mamut Lazarev, el mamut probablemente quedó atrapado en un pantano, lo que facilitó su conservación durante miles de años. Estudios genéticos y climáticos están en curso para determinar más detalles sobre las condiciones de su entorno y su adaptación al frío extremo.
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El hallazgo de Yana no es un caso aislado. En años recientes, Siberia ha revelado otros restos bien conservados, como los de bisontes, caballos e incluso un gato dientes de sable de 32.000 años.
El descubrimiento de Yana representa un legado científico invaluable. Este ejemplar no solo aporta información sobre el desarrollo físico y las características genéticas de los mamuts, sino que también abre nuevas perspectivas sobre la relación entre estos animales y los elefantes modernos.
Fuente: Infobae
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