Evite intoxicaciones con el recalentado navideño: guía práctica

El Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición alerta sobre la importancia de extremar los cuidados en la manipulación de alimentos durante las festividades navideñas, considerando las altas temperaturas pronosticadas que incrementan el riesgo de Enfermedades de Transmisión Alimentaria (ETA).

Las ETAs, causadas por microorganismos peligrosos y sustancias químicas tóxicas, pueden proliferar rápidamente cuando los alimentos se mantienen a temperatura ambiente. La prevención de estas enfermedades comienza con una correcta higiene en la manipulación de los alimentos.

La higiene personal es fundamental, iniciando con un adecuado lavado de manos. Es crucial desinfectar las superficies de trabajo, utensilios y todos los elementos que entrarán en contacto con los alimentos. El uso de agua potable es indispensable para todas las actividades de limpieza y preparación.

Las frutas y verduras requieren especial atención, particularmente las que se consumirán crudas. Se recomienda su desinfección sumergiéndolas en agua con lavandina al 0,01% durante 10 minutos, seguido de un enjuague abundante con agua potable.

El control de temperatura es crucial para la seguridad alimentaria. Los alimentos cocinados deben mantenerse por debajo de 5°C o por encima de 65°C, ya que entre estas temperaturas los microorganismos se multiplican rápidamente. No se recomienda dejar alimentos a temperatura ambiente por más de 2 horas.

La descongelación debe realizarse de manera segura, preferiblemente en refrigeración durante la noche anterior. Si se utiliza microondas para descongelar, los alimentos deben cocinarse inmediatamente para evitar el desarrollo de bacterias en zonas parcialmente calentadas.

La cocción adecuada es fundamental, especialmente para carnes, pollo, huevos y pescado. Se debe alcanzar una temperatura mínima de 70°C en toda la preparación, asegurando que las carnes no presenten partes rojas en su interior.

El almacenamiento correcto es esencial para mantener la inocuidad de los alimentos. Las sobras deben refrigerarse inmediatamente después de la comida, utilizando recipientes limpios y con tapa.

Las preparaciones refrigeradas pueden conservarse hasta 48 horas, reduciéndose a 24 horas si contienen papas, cremas o huevos. Durante cortes de energía, es importante minimizar la apertura de la heladera, que puede mantener los alimentos seguros hasta 4 horas.

La planificación de compras debe seguir un orden específico, comenzando con productos no perecederos y finalizando con aquellos que requieren refrigeración, para mantener la cadena de frío.

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Es fundamental verificar las fechas de vencimiento y el estado de los envases durante las compras. Los productos en latas dañadas, oxidadas o abombadas deben evitarse por el riesgo de contaminación.

La implementación de estas medidas preventivas permitirá disfrutar de las celebraciones navideñas de manera segura, minimizando los riesgos de intoxicaciones alimentarias.

Fuente: El Nacional

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