El Gobierno de Argentina, a través del Ministerio de Seguridad, implementó una medida que obliga a las personas privadas de su libertad en cárceles federales a trabajar en tareas de limpieza y mantenimiento de las instalaciones penitenciarias. La disposición, que afecta a más de 12.000 internos, establece jornadas laborales de hasta cinco horas diarias sin remuneración.
La resolución ordena que los internos participen en labores de higiene y mantenimiento en celdas, pabellones, patios y otros espacios comunes. Según Julián Curi, subsecretario de Asuntos Penitenciarios, el Estado proporcionará los materiales necesarios para cumplir con estas tareas. No obstante, los trabajos no serán remunerados.
El funcionario justificó la medida citando la Constitución Nacional argentina, que establece la obligación de mantener las cárceles en condiciones “sanas y limpias”. La resolución busca fomentar la participación activa de los internos en el mantenimiento de sus propios espacios, según el Ministerio.
El Ministerio de Seguridad argumenta que esta disposición busca reducir la ociosidad en las cárceles, señalada como una de las causas del aumento de violencia y desórdenes.
“La ociosidad promueve una subcultura carcelaria que fomenta el delito y va en contra de los objetivos de reinserción social”, declaró la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
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Por su parte, Curi señaló que estas actividades son un paso hacia la reinserción. “Queremos que los internos no permanezcan ociosos, ya que esto no beneficia ni a ellos ni a la sociedad en su conjunto”, explicó.
Organismos de derechos humanos y abogados especializados han expresado dudas sobre la medida, cuestionando si el trabajo obligatorio sin remuneración viola principios internacionales de derechos humanos. Sin embargo, el Gobierno defiende que la medida cumple con las normas legales y apunta a la reintegración social de los reclusos.
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La implementación de la medida generará cambios en las dinámicas internas del sistema penitenciario federal. Según Curi, el enfoque está en transformar las cárceles en espacios más ordenados y menos propensos a conflictos internos.
El Gobierno argentino argumenta que estas tareas permitirán a los internos adquirir hábitos laborales y contribuir al mejoramiento de sus condiciones de vida, mientras que, a largo plazo, podrían ser un primer paso para su reintegración en la sociedad.
Fuente: ABC Color
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