El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue dado de alta este domingo tras permanecer hospitalizado para tratar una hemorragia intracraneal. Según su equipo médico, el mandatario deberá permanecer en São Paulo hasta el próximo jueves para realizar exámenes de control, incluyendo una tomografía.
El médico personal del presidente, Roberto Kalil, informó en una rueda de prensa que, aunque Lula recibió el alta hospitalaria, aún no está completamente recuperado. «El presidente necesita someterse a controles médicos antes de regresar a Brasilia», explicó Kalil.
El mandatario expresó su alivio tras la cirugía, admitiendo que se preocupó al descubrir el volumen de líquido acumulado en su cabeza, producto de un golpe sufrido en octubre. «Me asusté mucho cuando los médicos detectaron el crecimiento del líquido en mi cabeza. Ahora estoy tranquilo y consciente de que debo cuidarme», afirmó Lula durante su intervención en la rueda de prensa.
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En un gesto inusual, el presidente apareció en la conferencia de sus médicos usando un sombrero Panamá para ocultar el curativo de la cirugía. Con buen ánimo, declaró estar listo para retomar sus actividades de gobierno una vez finalicen los controles médicos previstos.
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La hemorragia intracraneal fue detectada tras varios exámenes realizados luego de la caída sufrida por el mandatario en el baño de su residencia en octubre. A pesar de haber realizado cinco tomografías desde entonces, los médicos decidieron intervenir al observar un aumento en el líquido acumulado.
Lula, quien asumió su tercer mandato presidencial en enero, continúa bajo monitoreo médico para garantizar su total recuperación. La cirugía no solo ha subrayado la importancia de su salud en el contexto político de Brasil, sino también su compromiso con la transparencia al compartir detalles de su estado con el público.
Fuente: Forbes