La detención de Luigi Mangione por el presunto asesinato de Brian Thompson, CEO de UnitedHealthCare, ha desatado una inusual ola de apoyo popular en Estados Unidos, evidenciando la profunda crisis del sistema sanitario privado del país.
Las redes sociales se han inundado de mensajes respaldando al acusado de 26 años, quien fue arrestado el 9 de diciembre en Pensilvania. Un ejemplo destacado fue la publicación de condolencias de UnitedHealth Group en Facebook, que recibió 62.000 reacciones, de las cuales 57.000 fueron emojis de risa.
Personas en todo EE.UU comienzan a agradecer a Luigi Mangioni porque las aseguradoras están autorizando intervenciones en salud que históricamente les fueron negadas.
Para los que no saben, el sistema de salud es extremadamente caro, y las aseguradoras tienen un sistema… pic.twitter.com/MppKV12YkO
— Roberto Kiltro (@RobertoMerken) December 13, 2024
Según reporta el New York Times, las autoridades encontraron un cuaderno donde Mangione justificaba sus acciones, escribiendo que “el asesinato es preciso, eficaz y no pone en peligro a personas inocentes”.
El caso ha generado un intenso debate sobre el sistema de salud estadounidense. Travis, un ciudadano de Atlanta de 40 años, compara a Mangione con Bonnie y Clyde, sugiriendo que podría convertirse en un héroe popular por enfrentar al sistema sanitario privado.
La indignación pública se centra en las políticas de las aseguradoras privadas, que frecuentemente niegan cobertura a tratamientos médicos esenciales. Michelle, una residente de 47 años, aunque condena el asesinato, expresa entender las motivaciones debido a las prácticas “malvadas” de las compañías de seguros.
Sin embargo, no todos comparten esta visión. Ismael, también de 47 años, mantiene una postura firme: “Un asesinato es un asesinato, independientemente del motivo”, rechazando cualquier intento de justificar la violencia.
El abogado Benjamin Brafman señaló al New York Times un desafío particular para la fiscalía: encontrar jurados imparciales que no hayan tenido experiencias negativas con compañías de seguros médicos, lo que podría complicar el proceso judicial.
La reacción pública al caso refleja una frustración generalizada con el sistema sanitario estadounidense, donde la búsqueda de beneficios económicos frecuentemente colisiona con las necesidades médicas de la población.
Travis espera que el caso se politice y genere manifestaciones contra el sistema sanitario, argumentando que “el dolor va más allá del panorama político de Estados Unidos”.
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El incidente ha expuesto las profundas divisiones en la sociedad estadounidense respecto al sistema de salud privado, donde las compañías aseguradoras son vistas por muchos como símbolos de un sistema disfuncional.
La controversia también ha puesto de manifiesto el creciente descontento con las corporaciones sanitarias privadas, aunque la mayoría de los críticos reconocen que la violencia no es la solución a los problemas sistémicos del sector salud en Estados Unidos.
Fuente: Clarín