La Misa Central en honor a la Virgen de los Milagros de Caacupé se llevó a cabo con masiva participación de fieles, pese a las lluvias intensas y tormentas eléctricas que azotaron la región. Desde la madrugada, cientos de peregrinos llegaron a la explanada de la basílica para cumplir promesas, realizar pedidos o expresar agradecimientos.
A pesar de que la Dirección de Meteorología había anunciado lluvias y tormentas para la jornada, la fe y devoción superaron las adversidades climáticas. Desde distintos puntos del país, e incluso del extranjero, los fieles emprendieron largas caminatas hacia la Villa Serrana, consolidando este evento como uno de los mayores actos de fervor religioso en el país.
La celebración comenzó durante la medianoche con un espectáculo de fuegos artificiales y una emotiva serenata en honor a la Virgen. La explanada de la basílica se llenó rápidamente, a pesar de las inclemencias del tiempo. Aunque no se cuenta con cifras oficiales, cada año se estima que entre un millón y un millón y medio de personas asisten a esta festividad religiosa.
La Misa Central inició puntualmente a las 6:00 de la mañana, presidida por autoridades eclesiásticas, con la homilía principal a cargo del obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela. La celebración estuvo marcada por el recogimiento espiritual y los mensajes de esperanza para los fieles presentes.
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Como es tradición, al finalizar la misa, el obispo leyó su esperada “Carta al Pueblo Paraguayo”. En este mensaje anual, la Iglesia aborda temas de interés nacional desde una perspectiva pastoral, instando a reflexionar sobre los desafíos que enfrenta el país.
Caacupé, la capital espiritual del territorio nacional, volvió a ser el epicentro de la devoción mariana, reafirmando su relevancia tanto religiosa como cultural. A pesar de las lluvias, la fe demostró ser un motor poderoso para miles de personas.
Fuente: Ultima Hora
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