La crisis política en Francia ha alcanzado un punto crítico tras la destitución del primer ministro Michel Barnier, quien presentó su renuncia el jueves tras perder un voto de censura por 331 votos. Este acontecimiento marca un momento histórico en la Quinta República, reflejando profundas divisiones en el parlamento y dejando al presidente Emmanuel Macron con el desafío de formar un gobierno capaz de estabilizar la situación política y económica del país.
La renuncia de Barnier, un veterano político y negociador del Brexit, fue el resultado de un parlamento fragmentado donde los extremos ideológicos han ganado terreno. La Francia Insumisa, de izquierda radical, y Reagrupación Nacional, liderado por Marine Le Pen, han intensificado sus críticas al gobierno, mientras que los socialistas moderados y centristas permanecen divididos en torno al apoyo a Macron.
Macron, quien regresó apresuradamente de Arabia Saudita para abordar la crisis, ha iniciado intensas negociaciones para elegir un nuevo primer ministro. Entre los nombres barajados figuran François Bayrou, un aliado centrista; Sébastien Lecornu, actual ministro de Fuerzas Armadas; y Bernard Cazeneuve, ex primer ministro socialista. Incluso Ségolène Royal, ex candidata presidencial, se autopostuló como una opción en esta coyuntura crítica.
SE AGRAVA LA CRISIS POLÍTICA EN FRANCIA
Los legisladores de la oposición francesa derrocaron al gobierno hundiendo a la segunda mayor potencia económica de la Unión Europea en una crisis política más profunda que amenaza su capacidad para legislar y controlar un déficit… pic.twitter.com/sC8O1GJT4E
— CANAL 26 (@canal26noticias) December 5, 2024
El presidente enfrenta la presión de los socialistas para evitar cualquier acercamiento con la ultraderecha de Le Pen, mientras busca consolidar una alianza que permita la gobernabilidad. La falta de un consenso claro no solo afecta la política interna, sino que también tiene implicaciones económicas, en un momento en que Francia necesita urgentemente un presupuesto para evitar la incertidumbre en los mercados internacionales.
Macron se dirigirá al país en un discurso programado para la noche del jueves. Este mensaje es esperado con gran anticipación, ya que delineará los pasos a seguir para resolver la crisis. Mientras tanto, Barnier continuará como primer ministro interino hasta que se nombre un sucesor, una solución temporal que subraya la fragilidad del momento.
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La crisis también ha puesto en el centro del debate los errores políticos de Macron, especialmente la disolución de la asamblea legislativa, que resultó en la pérdida de la mayoría parlamentaria. Esta decisión dejó al presidente en una posición vulnerable, dependiendo de alianzas complejas para mantener el control del gobierno.
Con reuniones constantes y negociaciones al límite, Macron enfrenta un reto sin precedentes. Los próximos días serán decisivos para determinar si logra construir un consenso suficiente o si Francia se dirige hacia una crisis de gobernabilidad aún más profunda.
Fuente: Clarín