El presidente Santiago Peña promulgó la Ley de Integridad, Transparencia y Prevención de la Corrupción durante un acto oficial que contó con la presencia de altas autoridades estatales. La nueva normativa establece cambios significativos en la estructura anticorrupción, incluyendo la eliminación de la Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac) y la creación del Consejo Nacional Anticorrupción.
Durante su discurso, el mandatario empleó metáforas y referencias poéticas para abordar la problemática de la corrupción, describiéndola como “el veneno más corrosivo para el alma de un pueblo”. Peña enfatizó que su administración opta por un camino institucional que prioriza reformas estructurales sobre la popularidad inmediata.
La promulgación de esta ley se produce en un contexto de controversias previas, incluyendo el veto presidencial a un proyecto que buscaba fortalecer los mecanismos de fiscalización estatal. Esta decisión, respaldada por sus aliados en el Congreso, permitió mantener prácticas que eluden el control de la Contraloría.
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Los antecedentes incluyen también el rechazo a una iniciativa que pretendía regular los conflictos de intereses en la función pública, así como la falta de acciones concretas frente a denuncias sobre nepotismo en el Congreso, situaciones que contrastan con el discurso oficial sobre transparencia.
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La nueva legislación representa un cambio significativo en la estructura institucional anticorrupción del Paraguay, aunque su implementación enfrenta escepticismo debido a las acciones previas del gobierno que han debilitado otros mecanismos de control y transparencia.
Esta reforma institucional genera dudas entre sectores de la oposición, quienes advierten sobre posibles usos políticos de los nuevos mecanismos de control y cuestionan la coherencia entre el discurso presidencial y las acciones concretas en materia anticorrupción.
Fuente: ABC Color
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