El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol. Foto: Europa Press
El presidente de Corea del Sur, Yoon Seok-yeol, declaró la ley marcial el 3 de diciembre, argumentando que el país enfrenta una “crisis política sin precedentes”. Según Yoon, la medida es necesaria para mantener el orden público y garantizar el funcionamiento del Estado en medio de un ambiente de inestabilidad política y enfrentamientos institucionales.
En un comunicado urgente, Yoon afirmó que la crisis fue provocada por acciones de la Asamblea Nacional, que, desde el inicio de su mandato, impulsó 22 juicios políticos contra altos funcionarios del gobierno. De estos, 10 ocurrieron solo en los últimos seis meses, durante la 22ª Asamblea Nacional, lo que, según el presidente, ha paralizado la capacidad del gobierno para actuar.
El presidente señaló como ejemplos de esta parálisis los intentos de destitución de funcionarios clave, incluidos el Ministro de Defensa y el Presidente de la Junta de Auditoría. Además, denunció recortes presupuestarios que afectan áreas críticas como la lucha contra el narcotráfico y la seguridad pública. “Están destruyendo las funciones básicas del Estado”, declaró Yoon.
En sus declaraciones, Yoon acusó al opositor Partido Demócrata de liderar lo que llamó una “dictadura legislativa”. Según el mandatario, el partido utiliza el presupuesto nacional como herramienta de sabotaje político, afectando la estabilidad del país y minando la confianza pública en las instituciones.
Además, el presidente advirtió que el Partido Demócrata está realizando “actos antiestatales” diseñados para desestabilizar el orden constitucional, lo que, según él, podría llevar al país al borde de una guerra civil. Ante esta situación, Yoon argumentó que la ley marcial es una respuesta necesaria para evitar el colapso del Estado.
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La declaración de la ley marcial otorga al presidente y a las fuerzas armadas poderes extraordinarios para garantizar el orden y la seguridad. Sin embargo, esta decisión podría exacerbar la ya grave polarización política y desencadenar protestas masivas. Observadores internacionales advierten sobre el riesgo de enfrentamientos civiles en un contexto tan tenso.
Con esta medida, Corea del Sur enfrenta uno de los momentos más críticos de su historia reciente, mientras el gobierno y la oposición se preparan para un enfrentamiento político que marcará el futuro del país.
Fuente: El Debate
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