Parlamentarios buscan aumento salarial mientras el pueblo sufre

El Congreso nuevamente genera indignación al impulsar un aumento de G. 5 millones en los salarios de sus miembros. Esta decisión contrasta fuertemente con el ajuste de apenas G. 107.627 que recibió la clase trabajadora este año, exponiendo la desigualdad entre los privilegios de los legisladores y las necesidades de la ciudadanía.

Si se aprueba la medida, los parlamentarios pasarán de ganar G. 32.774.840 a G. 37.775.840 mensuales en 2025. Este incremento incluiría asignaciones como cupos de combustible o gastos de representación. En cambio, el salario mínimo vigente en Paraguay es de apenas G. 2.798.309, reflejando una abismal diferencia.

Privilegios acumulados

En el actual periodo legislativo, los parlamentarios ya han reinstaurado beneficios como la jubilación VIP, que les permite cobrar el 60% de su salario con solo 10 años de aportes. Además, se reintrodujeron los cupos de combustible, eliminados anteriormente por ser considerados gastos superfluos.

El costo de los cupos de combustible, estimado en G. 625.000.000 mensuales, representa un gasto anual de G. 7.500.000.000, equivalente a casi un millón de dólares. Este monto podría destinarse a necesidades urgentes, como la mejora del sistema de salud pública.

Nepotismo y contratos cuestionados

Desde el inicio del periodo 2023, se destaparon numerosos casos de nepotismo y contratación discrecional en el Congreso. Entre ellos, los llamados “bachibabies”, personas con solo grado académico de bachillerato, cuya contratación costó al Estado G. 6.813 millones al año.

Mientras tanto, sectores como la salud enfrentan restricciones presupuestarias. La Sociedad Paraguaya de Pediatría solicitó una inversión de USD 11 millones para inmunizar a lactantes contra el virus sincitial respiratorio, una cifra apenas mayor al gasto anual en combustibles para los parlamentarios.

Reacciones sociales y críticas

La Iglesia Católica se sumó a las críticas contra los excesos del Congreso. Durante las misas en Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela cuestionó la falta de empatía de los políticos, señalando que priorizan su bienestar material sobre las necesidades del pueblo.

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Los médicos también han manifestado su descontento, destacando que, a diferencia de los legisladores, ellos deben cubrir sus propios gastos, incluido el combustible. La doctora Rosanna González, del Sinamed, afirmó que esta disparidad demuestra el desinterés de los políticos por las dificultades de los sectores esenciales.

Desafíos en salud pública

El presupuesto de 2024 prevé aumentos para hospitales en el Sur y en Coronel Oviedo, con asignaciones de G. 50.000 millones y G. 90.000 millones, respectivamente. Sin embargo, estos incrementos palidecen ante los privilegios asignados al Congreso.

La población exige una mayor transparencia en el manejo de los recursos públicos y rechaza los privilegios desproporcionados que perpetúan la desigualdad en el país.

Fuente: Última Hora

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