La violencia vicaria, una de las formas más crueles de violencia de género, se ejerce contra las mujeres utilizando a sus hijos o hijas como medio para infligirles sufrimiento extremo. En Paraguay, el Ministerio Público registró tres casos en lo que va del año, reflejando un problema alarmante que afecta tanto a mujeres como a niños y niñas.
Este tipo de violencia se caracteriza por el uso de terceros, generalmente hijos, como herramientas para causar daño emocional a las madres. En situaciones extremas, se reportan casos donde los agresores llegan a cometer crímenes contra los niños, utilizando métodos de gran crueldad. Estas acciones no solo buscan destruir psicológicamente a la madre, sino que también ponen en riesgo la vida y bienestar de los menores.
El término “violencia vicaria” proviene del latín vicarius, que significa “sustituto”. En este contexto, los hijos son utilizados como sustitutos para dirigir la violencia hacia las madres. Este tipo de agresión puede incluir manipulaciones para poner a los hijos en contra de sus madres, aislamiento forzado, y en los casos más graves, el asesinato de los niños, dejando secuelas irreparables.
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Datos revelados por la Fiscalía en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer indican que, entre enero y octubre de 2024, se recibieron 30.898 denuncias de violencia familiar. De estas, 30.044 corresponden a mujeres adultas, mientras que 383 víctimas fueron menores de 13 años y 471 adultos mayores.
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Paralelamente, este año Paraguay registra 27 casos de feminicidios y 40 intentos, dejando un saldo de 58 hijos huérfanos. En el 55% de los casos, los crímenes fueron perpetrados por parejas actuales, mientras que el 34% corresponde a exparejas. Estos datos evidencian la urgencia de medidas que protejan tanto a las mujeres como a los menores involucrados.
La violencia vicaria no solo afecta a las madres directamente, sino que también marca profundamente la vida de los hijos utilizados como medio de agresión. Reconocer esta forma de violencia es clave para desarrollar estrategias legales y sociales que ofrezcan mayor protección y apoyo a las víctimas.
Fuente: Última Hora