Foto: CNN.
Un robo en la finca del castillo de Windsor, considerado uno de los lugares más seguros del Reino Unido, ha generado serias preocupaciones sobre la seguridad de los príncipes de Gales, William y Kate, y sus tres hijos. Durante el incidente, dos ladrones enmascarados irrumpieron en la propiedad real mientras la familia dormía en su residencia, Adelaide Cottage.
El hecho ocurrió el pasado 13 de octubre, alrededor de las 23:45, cuando los delincuentes accedieron a Shaw Farm, una granja operativa dentro del recinto. Según la policía de Thames Valley, los ladrones utilizaron un camión robado para forzar una puerta de seguridad, logrando llevarse una camioneta Isuzu negra y un quad rojo. A pesar de las alarmas instaladas, la intrusión solo se detectó después de que atravesaron las barreras de seguridad.
Fuentes cercanas afirmaron que los delincuentes parecían conocer bien la ubicación y el funcionamiento de la finca. “Sabían exactamente dónde estaban los vehículos y cuál era el mejor momento para actuar sin ser atrapados”, explicó una fuente. Esto sugiere que hubo planificación previa por parte de los autores del robo.
El castillo de Windsor, que también alberga otras residencias reales como Frogmore Cottage y Royal Lodge, se considera un bastión de la seguridad monárquica. Sin embargo, este incidente expone vulnerabilidades en la protección de las propiedades y sus habitantes. En el momento del robo, el rey Charles III se encontraba en Escocia, mientras que la reina Camilla estaba en un spa en la India.
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La familia Gales se mudó a Adelaide Cottage en 2022. La residencia, ubicada a cinco minutos de Shaw Farm, se encuentra dentro del perímetro del castillo, pero el robo demuestra que la seguridad en la zona no es infalible. El suceso es investigado por las autoridades, quienes hasta ahora no han realizado arrestos.
Este incidente ha planteado preguntas sobre la efectividad de las medidas de seguridad en las propiedades reales y destaca la necesidad de reforzar los controles en el recinto para prevenir futuros ataques.
Fuente: Clarín
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