El sector ganadero en Paraguay atraviesa un periodo crítico debido a los efectos de la sequía y la caída de los precios de la carne. Esta situación ha generado un llamado urgente por parte de los productores para alcanzar un consenso con los industriales y equilibrar la cadena de valor, con el objetivo de mejorar la rentabilidad y reducir los costos de producción en un entorno desafiante.
La Asociación Rural del Paraguay (ARP) ha señalado una creciente disparidad entre los ingresos que perciben los ganaderos y los precios finales que pagan los consumidores en los supermercados. La sobreoferta de vacunos en el mercado, provocada por las condiciones climáticas extremas, ha acentuado esta problemática, generando precios a la baja para los productores en contraste con los incrementos registrados en el mercado minorista.
En octubre, el Banco Central del Paraguay (BCP) reportó un aumento del 2% en los precios de los cortes vacunos según su Índice de Precios al Consumidor. Sin embargo, los ganaderos insisten en que este incremento no beneficia directamente a quienes producen, lo que refuerza la necesidad de ajustar los mecanismos de distribución de ganancias en la cadena productiva.
En el reciente Primer Congreso de Sostenibilidad, el ingeniero agrónomo Braulio Quevedo, experto en ganadería sustentable, destacó la importancia de avanzar hacia modelos más sostenibles para garantizar la viabilidad del sector. Según Quevedo, prácticas como el pastoreo racional son herramientas clave para reducir costos, optimizar recursos y minimizar el impacto ambiental, factores esenciales en un contexto marcado por fenómenos climáticos extremos.
El impacto de la sequía, considerada la peor en 30 años en el norte del país, ha puesto en evidencia las debilidades estructurales del sector. Quevedo remarcó que los ganaderos continúan siendo tomadores de precios definidos por los frigoríficos, lo que limita sus márgenes de ganancia y refuerza la urgencia de buscar consensos para un equilibrio más justo en el mercado.
Por su parte, Fabrizio Castorino, especialista en administración agraria, señaló que si bien el control de los precios de la carne escapa de las manos de los productores, es fundamental priorizar la eficiencia en la producción para reducir costos. Esta estrategia permitiría a los ganaderos mitigar los efectos de las fluctuaciones del mercado y fortalecer su resiliencia financiera frente a los desafíos climáticos.
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Castorino agregó que el sector debe enfocarse en adoptar modelos productivos más robustos, capaces de absorber los impactos económicos y climáticos. Esto requiere un cambio hacia sistemas más sostenibles que permitan a los productores mantenerse competitivos y garantizar la continuidad de sus actividades.
Mientras los gremios ganaderos y la industria cárnica trabajan en posibles acuerdos, el camino hacia un sector más eficiente y equilibrado parece depender de la implementación de prácticas innovadoras y sostenibles. Este enfoque no solo podría mejorar la competitividad del sector, sino también asegurar su rentabilidad a largo plazo en un entorno cada vez más desafiante.
Fuente: ABC Color
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