La Junta Municipal de Lambaré no logró reunir el cuórum necesario este lunes, lo que impidió tratar el recapado de la avenida Cacique Lambaré, una obra largamente demandada por los ciudadanos. Solo seis de los 12 concejales asistieron a la sesión, ausentándose incluso el liberal Lorenzo Mendieta. Ante esta situación, la sesión fue reprogramada para este martes.
Actualmente, los liberales tienen el control de la Junta Municipal con el apoyo de colorados disidentes, mientras que los concejales cartistas y el intendente se encuentran en minoría. Este panorama ha generado tensiones, especialmente porque en juego están el presupuesto 2025 y obras fundamentales como el recapado de la emblemática avenida.
La sesión debía abordar la convocatoria de concejales suplentes tras la suspensión de dos ediles leales al intendente, Víctor Silvera y Cornelio Segovia. Ambos fueron apartados por un mes luego de un episodio de agresiones ocurrido en la Junta el pasado 30 de octubre. Además, se planeaba revisar la resolución sobre las bases para la licitación del recapado, lo que generó divisiones entre los presentes.
La avenida Cacique Lambaré, en condiciones deterioradas desde hace varios periodos, sigue siendo una deuda pendiente de las autoridades locales. Los ciudadanos se manifestaron este lunes en el tinglado municipal, exigiendo respuestas concretas ante el abandono de una obra que consideran prioritaria para la ciudad.
La presidencia de la Junta está a cargo del liberal Héctor Daniel Molinas, quien cuenta con el respaldo de concejales como Jimmy Paniagua, Osmayra Pereira y Carolina González. Esta última, esposa del miembro del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, Orlando Arévalo, busca posicionarse como candidata a la intendencia, enfrentándose a la posible reelección de Guido González, actual jefe comunal.
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El intendente, sin embargo, enfrenta acusaciones serias. Fue imputado por homicidio culposo tras la muerte de dos militares en un raudal cercano a la comuna, donde no se contaba con barreras de seguridad. Este caso se suma a los antecedentes de corrupción en la administración municipal, que incluyen condenas a exintendentes como Roberto Cárdenas.
En medio de este panorama, las obras públicas suelen ejecutarse en los últimos años de mandato, lo que ha generado críticas por priorizar el impacto electoral sobre las necesidades ciudadanas. Los habitantes de Lambaré continúan esperando soluciones reales y sostenibles para sus problemas más urgentes.
Fuente: Última Hora
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