El Instituto Nacional del Cáncer (Incan) atraviesa una transformación significativa en el perfil de sus pacientes, según señaló el Dr. Antonio Cubilla, médico patólogo y asesor científico. En declaraciones recientes, el especialista afirmó que el centro dejó de funcionar como un hospital público tradicional enfocado en atender exclusivamente a personas de escasos recursos.
“Hoy en día, vemos personas de altos ingresos llegando al Incan en vehículos de lujo para acceder a tratamientos como la quimioterapia, que en el sector privado tienen costos extremadamente altos”, explicó el Dr. Cubilla. Esta situación, según él, pone en riesgo la capacidad del hospital para cumplir con su misión original de atender a los sectores más vulnerables de la sociedad.
«El Instituto Nacional del Cáncer dejó de ser un hospital público»
️»El Instituto Nacional del Cáncer (Incan) dejó de ser un hospital público, en el sentido tradicional, donde iba la gente de menores recursos», sostuvo el Dr. Antonio Cubilla, médico patólogo, investigador y… pic.twitter.com/C9mAPIkIaz
— Radio Ñandutí (@nanduti) November 16, 2024
El Incan, considerado uno de los centros más importantes en la lucha contra el cáncer en Paraguay, fue establecido para ofrecer atención especializada a quienes no pueden costear tratamientos en instituciones privadas. Sin embargo, el incremento en la demanda de pacientes con mayor capacidad económica ha generado preocupaciones sobre la sostenibilidad de los recursos destinados a las personas de bajos ingresos.
Cubilla enfatizó que este cambio de perfil representa un desafío para la institución. “¿Qué hospital puede funcionar de esta manera?”, cuestionó, sugiriendo la necesidad de políticas claras que prioricen a los pacientes más necesitados. Además, advirtió sobre la presión que esta tendencia puede ejercer sobre el sistema público de salud.
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La abogada Alejandra Peralta respondió a las declaraciones del Dr. Cubilla sobre el Instituto Nacional del Cáncer (INCAN), enfatizando tres puntos clave: “Primero, el derecho a la salud es un derecho universal, que incluye a todos, sin distinción de clase social.
Segundo, el acceso a la salud debe ser igualitario, lo que significa que no podemos excluir a la clase media alta ni dejar de garantizar que las personas de escasos recursos superen las barreras de acceso. Es tarea del Estado garantizar este derecho para todos, sin discriminación.
Y tercero, la lucha no debe dividir a los paraguayos entre ricos y pobres; es una lucha común para que todos tengamos acceso y exijamos al Estado, como garante de este derecho, que cumpla con su obligación”. Peralta subrayó la importancia de la unidad para fortalecer las demandas en el sector salud.
Fuente: Ñanduti
