La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) reveló preocupantes cifras sobre la pobreza en la región, destacando que el 40,6% de los menores de edad vive en situación de pobreza. Paraguay no es la excepción a esta problemática. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023, el 32,8% de los niños y adolescentes en el país se encontraban en condiciones de pobreza, y un 7,8% sufría extrema pobreza.
La capital del país muestra los índices más bajos, con una incidencia del 17,5%. Sin embargo, en departamentos como Concepción, el panorama es más crítico, alcanzando un 48% de pobreza infantojuvenil. Regiones como Paraguarí, San Pedro, Itapúa y Caaguazú presentan tasas de entre 40% y 43%, evidenciando una brecha significativa entre áreas urbanas y rurales.
Esta situación se agrava por la ausencia de datos en departamentos como Boquerón y Alto Paraguay, lo que dificulta una visión integral del problema. A nivel nacional, los números son un recordatorio de los desafíos que enfrenta el país para garantizar un desarrollo equitativo para su población más vulnerable.
La pobreza en la infancia está estrechamente vinculada con la desnutrición y sus efectos a largo plazo. La falta de una alimentación adecuada durante los primeros años de vida puede afectar negativamente el desarrollo físico y cognitivo, limitando las oportunidades futuras de los menores.
Unite a nuestro canal de WhatsApp
En respuesta, expertos señalan la necesidad de reforzar políticas públicas que promuevan la seguridad alimentaria, la educación y el acceso a servicios básicos en las comunidades más afectadas. Estas medidas son esenciales para romper el ciclo intergeneracional de la pobreza y garantizar un futuro prometedor para las nuevas generaciones.
Abordar este problema no solo es una responsabilidad social, sino también una inversión en el futuro del país, ya que el desarrollo de los niños y adolescentes de hoy será determinante para el Paraguay de mañana.
Fuente: Megacadena
