Un video difundido recientemente en redes sociales muestra a Héctor Rafael Fernández Solís, comisario principal y jefe de Seguridad de Eventos Deportivos en Asunción, golpeando a estudiantes en una academia privada para aspirantes a la Policía Nacional. En las imágenes se observa a Fernández Solís, quien aparentemente dirige el “Cursillo HR” en Luque, aplicando golpes en la cabeza a al menos dos estudiantes durante un “castigo grupal”. La publicación de este video ha generado indignación en la opinión pública, especialmente ante la posibilidad de que el comisario esté infringiendo normativas que limitan las actividades privadas de los agentes policiales activos.
El video fue obtenido en el “Cursillo HR”, una academia dirigida a jóvenes que aspiran a ingresar a las filas de la Policía Nacional. Según se detalla, los estudiantes de esta academia reciben formación y entrenamiento físico, además de clases teóricas. Sin embargo, el material fílmico revela momentos en que Fernández Solís aplica un “saplé” o golpe en la cabeza a un joven mientras este y otros alumnos realizan ejercicios bajo su supervisión.
La situación se complica porque el comisario Fernández Solís, quien se encontraba uniformado en el video, aún se desempeña en funciones oficiales como jefe de Seguridad de Eventos Deportivos. Aunque no se ha confirmado oficialmente su rol como propietario de la academia, el nombre del cursillo lleva sus iniciales y es señalado como su director. La academia opera en Luque con un costo de admisión de G. 3.000.000 y mensualidades de G. 1.300.000 para el sistema externado, y G. 4.300.000 para el sistema internado que incluye alojamiento, alimentación y actividades físicas.
La Ley establece que los agentes policiales activos pueden desempeñarse en funciones docentes e investigativas, pero no les permite gestionar o dirigir negocios de este tipo. Las imágenes han desatado una discusión sobre la idoneidad del comisario Fernández Solís en la dirección de una academia privada mientras se encuentra en servicio activo, así como sobre el tipo de trato que se imparte a los jóvenes aspirantes en su academia.
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En las imágenes del video, Fernández Solís interroga a un estudiante antes de propinarle un golpe en la cabeza, y, momentos después, detiene nuevamente a un grupo de estudiantes para dar otro golpe a un segundo alumno, cuya agresión queda parcialmente oculta por un árbol, pero cuyo sonido se escucha claramente. Este tipo de prácticas disciplinarias ha generado críticas tanto en el ámbito educativo como en el público en general, cuestionando la compatibilidad de este comportamiento con los valores de la formación policial.
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Los testimonios de los estudiantes han avivado las críticas hacia el “Cursillo HR” y las metodologías empleadas en la formación de aspirantes a la Policía Nacional. Si bien la disciplina es un elemento clave en este tipo de entrenamientos, la utilización de métodos que impliquen agresión física es fuertemente cuestionada. La situación ha levantado interrogantes sobre la falta de regulación en las academias privadas y la responsabilidad de los formadores en la ética y bienestar de los aspirantes.
En redes sociales y medios de comunicación, la ciudadanía ha expresado su rechazo y llamado a una investigación exhaustiva del caso. En particular, se ha exigido aclarar si el comisario Fernández Solís se encuentra habilitado para operar esta academia y si existen más casos de abusos o agresiones físicas en este tipo de instituciones de formación.
Fuente: ABC Color
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