Este 9 de noviembre debería ser un día de celebración para la familia Portillo Franco. Thirza Belén, quien falleció hace tres años en una clínica dental de Asunción, habría cumplido 12 años. Sin embargo, el recuerdo de la niña y el clamor de justicia marcan la fecha, mientras el caso avanza lentamente en el sistema judicial paraguayo.
Thirza falleció el 12 de noviembre de 2021 tras someterse a un tratamiento de conducto en la clínica odontológica “Mommy Dent”, en Loma Pytá. Su madre, Paola Franco, recuerda que la odontóloga Sandra Obertino intentó adelantar el procedimiento al día de su cumpleaños, pero decidieron postergarlo al viernes siguiente.
En la mañana de la intervención, Thirza fue llevada a la clínica para iniciar el procedimiento. La consulta comenzó tarde, y durante el tratamiento la odontóloga tranquilizó a los padres diciendo que su hija estaba “en las mejores manos”. Sin embargo, minutos después, la familia fue notificada de que Thirza no despertaba.
El informe de autopsia determinó que Thirza murió por una sobredosis de anestesia, administrada sin el equipo adecuado. La Fiscalía imputó a la odontóloga Sandra Obertino y al técnico anestesista Adrián García por homicidio culposo. Sin embargo, la familia sostiene que existió dolo en el procedimiento y que la clínica no estaba habilitada oficialmente.
El caso ha sido transferido entre seis fiscales diferentes, y las audiencias preliminares y el juicio han sido postergados en repetidas ocasiones. Actualmente, el proceso está en la etapa de juicio oral, pero la falta de un informe de junta médica impide su avance.
Para Paola Franco, la frustración es constante. Desde el incidente, ha conocido detalles inquietantes: la clínica era promovida en redes sociales, pero carecía de habilitación, y los profesionales involucrados no tenían experiencia en odontopediatría ni anestesia. “Pensé que estaba en buenas manos porque confié en sus anuncios y recomendaciones”, expresó la madre.
Las pericias médicas concluyen que una serie de omisiones y malas decisiones contribuyeron a la muerte de Thirza. No se realizó una historia clínica completa, y la anestesia se aplicó sin la debida preparación o autorización de los padres, según el informe.
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A tres años del fallecimiento, la familia Portillo Franco continúa esperando respuestas del sistema judicial paraguayo. Los reiterados aplazamientos y la falta de resolución agravan el dolor y la impotencia de los familiares, quienes claman por justicia para honrar la memoria de la niña.
Paola sigue adelante en su lucha, a pesar de la incertidumbre y el desgaste emocional que conlleva enfrentar un proceso judicial lento y complejo. Con un llamado a la justicia y a la conciencia social, la madre espera que el caso de Thirza sirva para evitar que otras familias sufran tragedias similares.
Fuente: ABC Color
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