La decisión del ministro de Educación, Luis Ramírez, de suspender el proyecto para crear un canal educativo ha generado tensiones diplomáticas con Corea del Sur, nación que había financiado la iniciativa a través de su agencia de cooperación Koica. La medida, anunciada por Ramírez, se debe a los elevados costos que, eventualmente, recaerían en el presupuesto estatal, un compromiso que el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) no podría asumir a largo plazo.
El proyecto, ideado durante la administración de Mario Abdo Benítez y gestionado por el entonces ministro de Educación, Eduardo Petta, junto con el exministro de Tecnología Juan Manuel Brunetti, había destinado un fondo aproximado de 9,9 millones de dólares para la infraestructura inicial. Sin embargo, Ramírez aclaró que estos recursos solo cubrían el montaje, mientras que los costos de operación y mantenimiento quedarían bajo la responsabilidad del MEC.
Norma Gauto, directora del Colegio Fulgencio R. Moreno, denunció que el proyecto quedó inconcluso pese a contar con los fondos transferidos por Koica. Según Gauto, ya se habían llevado a cabo trabajos previos, como evaluaciones y estadística de impacto, que demostraban el potencial educativo de la iniciativa en el sistema de enseñanza paraguayo.
La explicación de Ramírez sobre la inviabilidad de la propuesta no ha convencido a todos. El ministro justificó su decisión en la imposibilidad de asumir los costos futuros, indicando que en estos momentos el MEC carece de los fundamentos necesarios para sostener el canal educativo. Esta decisión, sin embargo, generó una respuesta crítica desde Corea del Sur, cuya cooperación ha sido puesta en entredicho.
La relación entre Paraguay y Corea del Sur ha mostrado roces cada vez más profundos en sus proyectos conjuntos. En septiembre, el presidente de Ferrocarriles del Paraguay (Fepasa), Facundo Salinas, anunció la cancelación definitiva de la cooperación coreana para el Tren de Cercanías, dejando al gobierno paraguayo con la inversión completa de la iniciativa. Según Salinas, la suspensión se debió a los constantes retrasos y a la decisión de Corea de priorizar proyectos en otras regiones, como Brasil y Perú.
El proyecto del Tren de Cercanías, aprobado en noviembre pasado por el Congreso paraguayo, había sido una de las promesas de colaboración más destacadas entre ambas naciones. Sin embargo, la falta de compromiso de Corea y las reiteradas modificaciones en los términos iniciales del acuerdo frustraron las expectativas del gobierno paraguayo.
La situación empeoró cuando el presidente coreano, Yoon Suk Yeol, decidió “cajonear” el proyecto luego de que el presidente paraguayo, Santiago Peña, optara por retirar su apoyo a la candidatura de Busan como ciudad anfitriona de la Expo 2030. En su lugar, Paraguay respaldó a Arabia Saudita, que finalmente obtuvo la designación, generando malestar en el gobierno coreano.
Corea, además, había propuesto limitar la construcción del tren a ciertos tramos específicos y rechazó condiciones financieras planteadas por Paraguay, lo que finalmente debilitó las negociaciones. La combinación de estos factores llevó a la cancelación definitiva de la cooperación coreana en el proyecto del Tren de Cercanías, dejando a Paraguay sin el respaldo asiático y con el desafío de sostener la inversión de manera unilateral.
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Esta serie de desencuentros parece afectar el clima de cooperación entre Corea y Paraguay, especialmente después de que Paraguay decidiera apoyar a Arabia Saudita en la reciente votación para la sede de la Expo 2030, desplazando a la ciudad coreana de Busan.
A pesar de las tensiones, Paraguay ha manifestado su disposición a colaborar en futuros acuerdos que aseguren beneficios mutuos y establezcan compromisos sostenibles. No obstante, la reciente cancelación del canal educativo marca un desafío diplomático importante, en el que la administración de Santiago Peña busca mantener una posición equilibrada para resguardar sus intereses en proyectos de desarrollo.
Fuente: La Política Online
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