La drogadicción es una problemática en crecimiento en Paraguay, afectando a comunidades en todas las regiones del país. Lo que comenzó como casos aislados se ha expandido rápidamente, creando un contexto donde el consumo de sustancias es cada vez más visible y frecuente. Monseñor Pierre Jubinville, presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, expresó con preocupación que esta situación es “desesperada” y parece carecer de soluciones a corto plazo.
El acceso fácil a sustancias ilícitas y la vulnerabilidad social son dos factores fundamentales que impulsan esta crisis, según explicó el Dr. Nelson Gaona, director médico del Centro Nacional de Prevención y Tratamiento de Adicciones. Gaona señaló que el microtráfico ha incrementado la disponibilidad de drogas en todo el país, impactando especialmente en sectores jóvenes y marginados. Las estadísticas indican que la edad promedio de inicio en el consumo de sustancias es de 14 años, un indicador alarmante de que la drogadicción está afectando cada vez a personas más jóvenes.
El problema no solo se limita a los centros urbanos. Departamentos como Asunción, Alto Paraná, Itapúa, Central y Amambay son las áreas con mayor número de casos de drogadicción atendidos, pero el fenómeno ya alcanza zonas rurales y otros departamentos. Esto sugiere que el problema ha superado cualquier barrera geográfica, y que los patrones de consumo se extienden por el país sin una contención eficaz.
Junto al acceso fácil a las drogas, la falta de oportunidades y las condiciones de vida difíciles incrementan el riesgo de adicciones, especialmente entre los jóvenes. Muchos de ellos enfrentan contextos de vulnerabilidad social y familiar que los acercan a este camino. Sin programas de prevención efectivos y apoyo integral a las familias, la crisis podría intensificarse en los próximos años.
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Las iniciativas para enfrentar la crisis de adicciones en Paraguay requieren de una estrategia integral, que combine prevención, tratamiento y seguimiento. En ese sentido, las autoridades de salud y líderes de la sociedad civil enfatizan la necesidad de redoblar los esfuerzos en educación, con programas específicos dirigidos a jóvenes y familias. Los centros de tratamiento, como el Centro Nacional de Prevención y Tratamiento de Adicciones, son vitales para mitigar el impacto de esta problemática, pero también enfrentan limitaciones en su capacidad y recursos.
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Ante esta situación, Monseñor Jubinville y otros líderes comunitarios piden que el tema de las adicciones se aborde como una crisis de salud pública que merece una respuesta urgente. Ellos recalcan que el apoyo gubernamental y social es esencial para ofrecer opciones de prevención y tratamiento accesibles en todos los rincones del país.
La adicción a las drogas es un problema que se extiende rápidamente en Paraguay, y sin un cambio estructural en las políticas de prevención y un enfoque comprometido hacia la rehabilitación, la crisis seguirá afectando a miles de paraguayos. Para muchos expertos y autoridades, la lucha contra el microtráfico y el acceso a drogas debe ser prioritaria, de modo a reducir el impacto negativo en la sociedad y en el bienestar de las futuras generaciones.
Fuente: Megacadena