Un estudio reciente realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago ha revelado que la pérdida del sentido del olfato podría ser uno de los primeros síntomas de Alzheimer. La investigación, dirigida por el doctor Jayant M. Pinto, sugiere que un deterioro acelerado en la capacidad olfativa podría estar relacionado con cambios estructurales en el cerebro, lo cual facilitaría una detección temprana de la enfermedad.
El Alzheimer es una de las enfermedades neurodegenerativas más temidas por la población, principalmente debido a la ausencia de una cura definitiva. Los tratamientos actuales solo ayudan a controlar sus síntomas y a ralentizar el progreso de la enfermedad. En este contexto, la identificación de síntomas tempranos resulta crucial para mejorar el manejo de la enfermedad y la calidad de vida de quienes la padecen.
La investigación indica que un deterioro en el sentido del olfato podría provocar cambios en la estructura de ciertas áreas del cerebro relacionadas con la memoria. “Este estudio proporciona otra pista sobre cómo un rápido deterioro del sentido del olfato es un indicador de cambios estructurales en regiones específicas del cerebro”, explicó el doctor Pinto. Según los datos del estudio, las áreas cerebrales que controlan el olfato y la memoria presentan un volumen menor de materia gris en personas con deterioro acelerado del olfato, en comparación con aquellas cuyo sentido olfativo permanece relativamente estable.
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La pérdida del olfato se suma a la lista de síntomas tempranos del Alzheimer, que incluye pérdida de memoria, cambios de humor y dificultades para realizar tareas cotidianas. Según los investigadores, el deterioro olfativo no solo permite una detección más temprana del Alzheimer, sino que también puede servir para evaluar la salud general de los adultos mayores.
El estudio también reveló que aquellos adultos mayores con un deterioro significativo del olfato tienen hasta tres veces más probabilidades de fallecer en un período de cinco años debido a enfermedades graves, como problemas pulmonares, cardíacos o incluso cáncer. Esto subraya la importancia de monitorear el sentido del olfato como un indicador de salud general.
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Desde 2014, el deterioro del olfato ha sido incluido en estudios de envejecimiento como un posible factor de riesgo. Este nuevo estudio refuerza la relevancia de este síntoma y sugiere que el monitoreo del olfato podría convertirse en una práctica común para detectar el Alzheimer y evaluar el estado de salud en personas mayores.
Fuente: Pronto.ar