Con la llegada de diciembre, muchos trabajadores en el país comienzan a planificar el uso de su aguinaldo, una gratificación que, bien administrada, puede mejorar la estabilidad financiera y contribuir a metas futuras. La economista Rocío Cuella aconseja evitar gastos impulsivos y propone una planificación que priorice el ahorro, el pago de deudas y la inversión en proyectos a largo plazo.
Cuella sugiere que uno de los primeros pasos para manejar el aguinaldo es establecer un presupuesto que defina claramente las necesidades, prioridades y objetivos financieros. La experta recalca que este presupuesto debe contemplar los gastos fijos, deudas y otros compromisos financieros que requieren atención. La creación de un plan previo permite tomar decisiones informadas y reducir la tentación de realizar compras innecesarias.
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Para lograr una distribución óptima, Cuella propone reservar entre el 20% y el 30% del aguinaldo para ahorrar o invertir en un fondo de emergencias. Este fondo es esencial para cubrir gastos imprevistos y evitar caer en deudas ante una emergencia. Además, invertir en educación o habilidades que mejoren la empleabilidad puede ser una opción que genere ingresos adicionales en el futuro.
Otro aspecto importante es destinar un porcentaje del aguinaldo al pago de deudas prioritarias, como cuotas de préstamos, tarjetas de crédito o compromisos de vivienda y vehículos. Cuella sugiere asignar entre el 40% y el 50% del aguinaldo para estos pagos, lo cual contribuye a reducir cargas financieras y mejora la salud crediticia.
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Si bien el objetivo es evitar el gasto impulsivo, la economista considera que puede asignarse un porcentaje para celebraciones, regalos y viajes, manteniendo siempre un equilibrio entre disfrutar y cuidar las finanzas. Un uso moderado y planificado de esta porción permite a las personas satisfacer algunas de sus aspiraciones sin comprometer sus finanzas.
En resumen, Cuella recomienda dividir el aguinaldo en tres categorías: 20-30% para ahorro, 40-50% para deudas y gastos fijos, y 30-40% para disfrute y gastos impulsivos. Este enfoque permite equilibrar el disfrute del aguinaldo con el refuerzo de la seguridad financiera, asegurando que el beneficio perdure más allá de la temporada festiva.
Fuente: ABC Color