El Tribunal de Apelación Penal, Primera Sala, ha ratificado a los jueces Fabián Weisensee, Laura Ocampo y Cándida Fleitas, quienes llevan adelante el juicio contra el exministro del Interior Walter Bower y los policías Merardo Palacios y Osvaldo Vera, acusados de presunta tortura a dos policías en el año 2000. La decisión del tribunal reafirma el equipo judicial asignado a este polémico caso, que involucra denuncias de tortura y abuso de poder en un contexto de intentos de golpe de Estado.
El abogado defensor del comisario Osvaldo Vera, Secundino Méndez, había solicitado la recusación de estos jueces tras la filtración de un supuesto audio entre la jueza Ocampo y el abogado querellante Rolando Alum. Esta recusación fue respaldada también por la defensa de Bower, pero el Tribunal de Apelación optó por ratificar a los jueces, reafirmando su competencia en el caso.
Según la acusación, los hechos ocurrieron durante el intento fallido de golpe de Estado contra el entonces presidente Ángel González Macchi, el 18 y 19 de mayo del 2000. Los policías Alfredo Cáceres y Jorge Luis López, quienes fueron vinculados al intento, aseguran haber sufrido torturas físicas y psicológicas, presuntamente perpetradas por los comisarios Palacios y Vera en presencia del exministro Bower, quien, pese a tener autoridad para intervenir, no lo hizo.
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La Fiscalía sostiene que Bower, al omitir su deber de detener los abusos, se convirtió en cómplice de estos actos de tortura. Los cargos contra los acusados podrían derivar en penas de hasta 25 años de prisión, y se espera que en las próximas sesiones tanto la fiscala Sonia Sanguinés como las defensas presenten sus alegatos finales.
Durante el proceso judicial, la jueza Fleitas señaló que el 19 de mayo del 2000, el agente Jorge López fue arrestado, despojado de su uniforme y armas, maniatado y vendado, y sometido a tratos degradantes en la Comisaría 11ª. Estos tratos, según la jueza, se habrían repetido en el caso del comisario Alfredo Cáceres el 21 de mayo del mismo año, en la Infantería de la Marina, donde Bower también estuvo presente y supuestamente ordenó algunos de los abusos.
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La jueza Cándida Fleitas, al pronunciarse sobre los hechos, afirmó que el tribunal no tiene dudas sobre la existencia de tortura en el caso de los policías afectados, y confirmó la responsabilidad de los acusados en los eventos. En los testimonios presentados, se relataron golpes y actos de denigración que incluyeron, según las declaraciones, el daño a los uniformes de las víctimas y otros tratos humillantes.
Fuente: Última Hora
