El microcentro de Asunción, una vez símbolo de actividad y movimiento, refleja hoy un rostro deteriorado bajo la administración del imputado intendente Óscar “Nenecho” Rodríguez. A pesar de las promesas de revitalización urbana, el área central de la capital presenta calles en mal estado, edificios abandonados y una acumulación creciente de basura en cada esquina. Las condiciones de seguridad, sumadas a la falta de políticas eficaces, convierten al centro en un lugar inhóspito para sus propios habitantes.
El estado de las calles es alarmante. La calle Cerro Corá, una de las arterias principales, está llena de baches y deformaciones, especialmente en áreas de paradas de buses. Los pasajeros deben sortear estos obstáculos en un trayecto complicado por el asfalto destruido y cordones desmoronados. Esta situación se repite en varias calles del centro histórico, donde la falta de mantenimiento pone en riesgo la seguridad de peatones y conductores.
La acumulación de basura en las veredas es otro problema persistente. Bolsas de desechos que no son recolectadas, basureros domiciliarios rodeados de malezas y la presencia de vertederos clandestinos son escenas comunes en las calles Iturbe y México. La falta de un servicio de recolección eficiente ha convertido muchas esquinas en puntos de acumulación de desperdicios, lo cual genera malos olores y complica el tránsito peatonal.
El microcentro también enfrenta una creciente inseguridad. A medida que la economía empeora y las políticas sociales se vuelven ineficaces, más personas caen en la marginalidad y el consumo de drogas. La mendicidad se ha incrementado visiblemente, y muchas de estas personas habitan las calles, exponiéndose a riesgos constantes. La inseguridad va en aumento, y tanto vecinos como comerciantes denuncian asaltos, robos y agresiones.
Mientras tanto, el intendente Óscar “Nenecho” Rodríguez enfrenta serias acusaciones de desvío de fondos. Imputado por lesión de confianza y asociación criminal en el caso “detergentes de oro”, Rodríguez también es investigado por la supuesta malversación de fondos destinados a obras que nunca se realizaron. La Contraloría General ha confirmado el desvío de G. 500.000 millones, utilizados para gastos corrientes en lugar de mejorar la infraestructura.
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Este escenario plantea un desafío urgente para la administración municipal, ya que el centro de Asunción requiere intervención inmediata. Sin embargo, la falta de acciones concretas y la creciente inseguridad afectan cada vez más la vida en la capital, que se hunde en una crisis de abandono e ineficiencia.
Fuente: ABC Color